Jerez de la Frontera - Cadiz

Parados en la cuenta atrás

Más de 13.000 desempleados, casi la mitad de los registrados en Jerez, llevan más de un año haciendo colas en las oficinas de empleo · Los demandantes de larga duración cuentan los días que quedan antes de perder la prestación

A. Espejo / Jerez | Actualizado 14.02.2011 - 09:15

Miembros de la Asociación de Parados de Jerez, el pasado jueves en la plaza del Arenal./Miguel Ángel González

Javier Bardem y sus compañeros de reparto en la película de Fernando León de Aranoa que narraba el drama social de cinco ex compañeros de trabajo en un astillero en Galicia condenados al paro por el cese de la actividad pasaban los lunes al sol. Juan José Garrido, Joaquín Márquez, Juan Luis Alcón, y así hasta el centenar de miembros de la Asociación de Parados de Jerez, que comparten inactividad con cerca de 31.000 jerezanos más, prefieren 'tomar el sol' los martes y los jueves en la plaza del Arenal, donde se reúnen para intercambiar información, impresiones y acordar estrategias de actuación conjunta. El resto de los días los dedican a patearse la ciudad para echar currículos .

Pero los parados de Jerez, como los de cualquier otro punto del país, también dedican mucho tiempo a contar los días. Es práctica extendida en el colectivo desde el primer día. Y cuando falta un mes para agotar la prestación, comienza la cuenta atrás, la agonía, el abismo. Casi la mitad de los parados de Jerez, en concreto 13.686 de los 30.910 registrados el pasado mes de enero en la oficinas de empleo -que ironía-, ha superado ya la fatídica barrera de doce meses en el paro. Están encasillados en el grupo de los llamados parados de larga duración, que a diferencia de las pilas alcalinas, aquí guarda relación con el grado de agotamiento. Otro 25%, que se corresponde con 7.875 desempleados, figura por contra entre los que hace menos de tres meses que engrosaron el registro del paro en la ciudad. Como los anteriores, pasan el día echando currículos y contando las horas.

Joaquín Márquez Mariscal acumula año y medio en el paro, pero hace seis meses que acabó la cuenta atrás para depender exclusivamente de la ayuda de 426 euros a la que el Gobierno ha puesto fecha de caducidad este mes. Como muchos de los miembros de la Asociación de Parados de Jerez, este desempleado de 47 años de edad procede del sector del ladrillo -que junto a la hostelería, agrupa el grueso de los desocupados de la ciudad- y el único aliciente que tiene para levantarse todos los días y buscar trabajo son sus dos hijos.

En su condición de parado, Joaquín Márquez acude cada tres meses a sellar el carné. Es prácticamente el único contacto que tiene con las oficinas de empleo, por las que a diario pasan cientos de personas -la media en función del número de parados del término municipal es de 500 al día- para cumplir el trámite.

"Ir a las oficinas del Inem es perder el tiempo. Te dicen que consultes el ordenador por si hay alguna oferta y de vez en cuando sale un curso de formación, pero te apuntas y luego no te llaman. En realidad nunca llaman, ni para un curso ni mucho menos para trabajar. Lo único que hacen es aburrirte", lamenta este parado.

En los 18 meses que Márquez lleva en el paro únicamente ha tenido acceso a un cursillo, el facilitado por el Ayuntamiento a través del Serjil a los miembros de esta asociación para que aprendan a enviar currículos por internet, se supone que para optar a alguno de los puestos de trabajo de la futura fábrica de Zahav Motor.

La idea surgió del delegado municipal de Fomento Económico, Francisco Lebrero, que en declaraciones recientes a una emisora de radio alertó del escaso nivel de formación y de estudios de los parados jerezanos, de los que el 90% no pasa de la ESO.

Efectivamente, según datos del Servicio Andaluz de Empleo (SAE) sólo uno de cada diez parados de la ciudad tiene estudios superiores (bachillerato o universitarios), mientras tres de cada cuatro están en el escalón anterior, el de los estudios secundarios que se corresponden con la ESO. El 15% restante carece de estudios o, como máximo, ha completado el ciclo primario.

Entre los habituales los martes y los jueves en la plaza del Arenal hay un poco de todo: una titulada en magisterio, una militar con carrera que se acaba de colocar, pero predomina el ex trabajador de la construcción que dejó los estudios a edad temprana para ayudar en casa con otro sueldo. Su cualificación fuera del sector del ladrillo es nula, admite Juan José Garrido, parado de cuarenta años que únicamente ha podido cotizar cinco meses en los dos últimos años y al que en mayo se le acaba la prestación por desempleo de poco más de 800 euros.

Como Márquez, su compañero de fatiga, a Garrido le cuesta pegar ojo por las noches y pese al negro panorama que se atisba, "y más ahora con la jubilación a los 67 años", sus dos hijos son la principal razón para salir a la calle a buscar trabajo, aunque la proximidad del final de la prestación es la una losa demasiado pesada para llevarla a cuesta sobre las espaldas.

"A muchos de los que estamos aquí nos quedan pocos meses de prestación, dos, tres o cuatro a lo sumo", señala Garrido, quien se siente una víctima más de la máquina de hacer parados en que se ha convertido Jerez, la provincia, Andalucía y España. "Ninguno tenemos ni idea de cómo se va a hacer lo de la nueva ayuda de 350 euros que se habla ahora", la que al parecer se vinculará a la formación a la que no han tenido acceso estos desempleados hasta ahora y a la que no tendrán derecho los que hayan agotado la anterior ayuda de 426 euros aprobada como medida anticrisis para dar cobertura temporal a los parados sin subsidio ni prestación por desempleo.

Los parados de la asociación son un reflejo de los desempleados de Jerez. Aunque son un centenar, rara vez aparecen la mitad. El 1 de marzo saldrán a la calle en manifestación, para la que han recabado el apoyo de los agentes económicos y sociales (los sindicatos CCOO, UGT y CGT, l a patronal de los autónomos ATA y la de comerciantes Asunico) y de todos los partidos políticos (PSOE, PP, IU, Foro Ciudadano, PSA, PA, IPJ y UPyD), pero Márquez teme que finalmente se echen en falta a los 30.000 parados "que no aparecen nunca por ningún sitio; estarán en su casa, en el bar o sabe Dios".

"Hace poco, antes de la huelga general, fuimos a manifestarnos a Cádiz y éramos 15, como si tuvieran algo mejor que hacer", ironiza Garrido, mientras Márquez farfulla que "lo que tienen que hacer es dejar de pasearse por el Inem y dar la cara".

De vez en vez, algún parado despistado contacta con la asociación para pedir trabajo, "y tenemos que explicarle que aquí no damos, buscamos, pero no sale nada, ni chapuces para los que nos ofrecimos en unos folletos", explica Márquez.

En la asociación también hay exponentes del 25% de desempleados jerezanos que acaba de aterrizar en el paro. El caso de Juan Luis Alcón es de los más sangrantes. A sus 47 años, y con 27 cotizados, a este maquinista de la construcción le quedan seis meses de prestación, pero no ve a corto plazo la oportunidad de volver a trabajar. "Siempre salía algo, incluso en estos años de crisis, pero este año está siendo el peor; no hay nada".

Cuando no está echando currículos o mirando ofertas de empleo por el ordenador, Alcón busca distraerse haciendo deporte o paseando, porque "quedarme en casa sería lo peor". A raíz de la visita de la canciller alemana, Angela Merkel, Alcón y otros miembros de la Asociación de Parados se dirigieron a la oficina del Inem para preguntar por la posibilidad de trabajar en el país germano de la que tanto se ha hablado, pero "no tenían ni idea".

La rutina de los parados les lleva a la desesperación. Los martes y los jueves al sol, y los lunes, los miércoles, los viernes...

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