Jédula - Cadiz

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Reconózcanme ustedes que el asunto tiene su gracia. Que el campeón del laicismo, el hombre que parece empeñado durante seis años en poner contra las cuerdas a la Iglesia Católica -y, en general, a todos los creyentes-, la versión naif del anti-Cristo, tenga que acudir nada más y nada menos que a un Desayuno de Oración en Washington, y que además ese acto lo organice un lobby que reúne las dos condiciones que más puede odiar Rodríguez -cristiano y conservador-, y todo por hacerse una foto con Obama, es para estarse partiendo de la risa durante un mes seguido.
Me lo puedo imaginar, santiguándose al inicio del acto –“en el nombre del Padre, del Hijo, del Espíritu Santo..”-, al lado de un fervoroso Obama que no tiene inconveniente alguno en reconocer sus convicciones religiosas, y mientras sus hijas disfrazadas de una versión gótica de Scream le observan pensando para sus adentros: “Jo, papi, qué bajo has caído por una foto…”. Claro que puede ser que esta vez no le acompañen para evitar que el ridículo trascienda la escala planetaria.
Si fuera coherente consigo mismo y con sus principios, tal y como opinan la mayoría de los ciudadanos en las encuestas realizadas ex profeso en los diarios digitales –entre ellos el nuestro (ver sondeo)-, Rodríguez debería haber declinado la invitación y no acudir a un acto de marcado carácter religioso. Pero como a este personaje todo le da igual y su única religión es la de que el fin justifica los medios, cada vez se parece más a esa caricatura del cinismo y la hipocresía que tan bien reflejó Groucho Marx en aquella célebre frase: “Estos son mis principios, y si no le gustan, tengo otros”. Y es que, si solo fuera una cuestión de asistencia al acto sin otro particular, la cosa tendría menos trascendencia, pero la invitación, lejos de una presencia pasiva, conlleva la participación activa… Es decir, a Rodríguez le va a tocar rezar, en público, y en voz alta. Manda huevos, que diría aquel. Todo un insulto, una afrenta en toda regla, a quienes de verdad creemos en Dios y en la oración como medio de diálogo con Él.
Incongruencias
Porque, perdónenme los talibanes del Pensamiento Único, esto es de coña. Verán, el National Prayer Breakfast, que así es como se llama, lo convocan todos los años el primer jueves de febrero un grupo de congresistas de ambos partidos, Republicano y Demócrata, y un importante lobby cristiano-conservador al que se le encarga la organización del acto al que –como pueden ver en la foto adjunta- acude un número muy significativo de gente en un hotel de la capital… Una tradición que nació en Seatle a principios del pasado siglo, durante la Gran Depresión, cuando ese grupo decidió que además de luchar con ‘armas humanas’ contra la situación que atravesaba el país, también podían hacerlo a través de la oración. Fue Eisenhower el primer presidente en solicitar su participación, y a partir de ahí se convirtió en un acontecimiento a nivel nacional, al que acuden invitados que igualmente elevan sus plegarias a Dios por las razones que elijan. Vamos, es como si aquí anualmente diputados del PP y del PSOE –y es fácil ponerles los nombres- convocaran algo parecido y le encargaran la organización a Kiko Argüello o al Opus Dei… ¿Se imaginan a Rodríguez en ese acto? Pues eso.
Pero su decisión de asistir al Desayuno de Oración pone de manifiesto muchas de las incongruencias de este Gobierno y de su presidente. Además del cinismo ya mencionado, demuestra una enorme debilidad en la medida que es capaz de anteponer un objetivo cortoplacista –la consecución de una foto con el presidente norteamericano para ‘curar’ la dolencia de su mala imagen interna y externa- a sus propias convicciones, y la excusa de que se le invita como presidente de turno de la Unión ya no es válida, porque de haber querido hubiera podido delegar en quien de verdad ocupa ese cargo, el belga Van Rompuy. Toda la demagogia de la que ha hecho gala Rodríguez durante estos años contra la Iglesia y contra los cristianos en general naufraga ahora en las turbias aguas de esta decisión impúdica, porque impúdico es que quien niega a Dios tenga la osadía de acudir a rezarle. Quizá lo positivo de esto sea que nos permite desmontar otra de las mentiras de este Gobierno y del Partido Socialista, la de presentarnos a Obama como un progresista de la misma calaña que ellos: la realidad es que el propio Obama ha ‘bendecido’ el acto al que ha invitado a Rodríguez con un discurso, el del año pasado, en el que hizo una expresa profesión de fe y contó cómo se había convertido al cristianismo, y lo hizo delante de otro ‘progresista’ converso al catolicismo: Tony Blair.
Poco a poco, la imagen falsa de Obama que la izquierda española había querido trasladarnos a la opinión pública, se va desmoronando por la propia inercia de los hechos. La guerra de Afganistan y su decisión de ganarla a costa de lo que sea ha puesto en entredicho el falso pacifismo de una izquierda que ya casi no encuentra referentes a los que agarrarse, la actuación de Obama en Copenhague ha demostrado que el ecologismo sigue estando al servicio de los intereses nacionales y lejos de las escandalosas alarmas de los profetas de la destrucción masiva a cuenta del calentamiento global, y el descubrimiento patrio de la existencia del Desayuno de Oración y la constatación de que Obama acude a él como un fervoroso creyente ha terminado por desmitificarlo como el nuevo profeta del marxismo laicista y lo ha situado donde verdaderamente está: un liberal-socialdemócrata, cristiano y creyente, conservador respecto a la política exterior de su país, abierto a los avances sociales como la universalidad de la sanidad y firme defensor del pluralismo y del respeto a las ideas y creencias de los demás. Es decir, justo lo contrario de lo que ofrece Rodríguez Zapatero.
Pero empeñado en seguir haciendo de él el becerro de oro de una izquierda trasnochada, Rodríguez está dispuesto a disfrazar la realidad hasta el extremo de rezar al lado del hombre del que colecciona posters con los que decora su despacho, porque eso es lo que supuestamente va a hacer el próximo día 4 de febrero ante un millar de personas. Qué les va a decir, ¿que la tierra es del viento? ¿Que Dios es un concepto discutido y discutible? Y quién le va a preparar el discurso… ¿Bono? ¿De la Vega? ¿Elena Valenciano, que acaba de escupir toda clase de sandeces en su blog contra el obispo Munilla, después de que la SER manipulara y tergiversara unas palabras suyas de la manera más vil e indecente que pueda imaginarse? Esta es la actitud de la izquierda hacia los creyentes, la del insulto, la de la provocación, la de la exclusión… Y con ese bagaje va a acudir Rodríguez a rezar a Dios en suelo americano… ¡Que los pille confesados…!

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nuestro presidente de España:Mr. Beean,ha pasado de payaso a freki...
que pena de ti petazeta