Homenaje a Miguel Ramirez Fajardo. CÁDIZ | Miguel Ramírez Fajardo vive exiliado en Gran Bretaña Grazalema homenajea a su último soldado republicano al cabo de setenta años de exilio Miguel Ramírez, felicitado por la diputada provincial gaditana de Ciudadanía, Maria Naval. | EM Era pastor en Grazalema antes de alistarse en el Ejército republicano Participó en la batalla del Ebro y salió por la Junquera en febrero de 1939 Se alistó en la Legión Extranjera francesa y luchó en Normandía el Día D Vive desde los años 40 en el Reino Unido, donde nacieron sus hijos Su pueblo, Grazalema, y la Diputación de Cádiz lo han homenajeado Ana M. Fopiani | Cádiz Actualizado jueves 15/07/2010 17:34 horas Disminuye el tamaño del texto Aumenta el tamaño del texto Salió por su propio pie por el paso de la Junquera el 11 de febrero de 1939 con los restos del Ejército republicano tras el fracaso de la ofensiva del Ebro. Lo reembarcaron en Dunkerque cuando se desmoronó el frente francés en mayo de 1940 ante el empuje de los tanques de Guderian. Y volvió a pisar el continente en las playas de Normandía asignadas a los británicos el 6 de junio de 1944. Después llegó la paz. Y una nueva vida en el Reino Unido. Allí se casó con una vizcaína, una de aquellos 'niños de la guerra' expatriados, allí nacieron sus propios hijos y allí sigue viviendo a sus 95 años Miguel Ramírez Fajardo, al que la Diputación de Cádiz y su pueblo de Grazalema han homenajeado este jueves. Asegura, no sin amargura, que le echaron de su propia casa, de su país y que fue en Gran Bretaña donde encontró un hogar y una familia. Miguel Ramírez Fajardo tiene ahora 95 años y una historia de lucha, huidas, heridas y más de siete décadas de exilio a sus espaldas. Su pueblo ha querido ahora recordar a aquel joven soldado republicano y también reconocerle, años después, su lucha por la libertad. Sus vecinos de Grazalema le han acompañado en el homenaje recibido en la Diputación de Cádiz y después en el Ayuntamiento serrano. Del pueblo que tuvo que huir y dejar atrás después de luchar en el bando de los perdedores durante la Guerra Civil. Tiene grabados en la memoria cada uno de aquellos momentos de la batalla: el frío, el hambre, la lucha, los compañeros caídos Miguel tiene grabados en la memoria cada uno de aquellos momentos de la batalla, el frío, el hambre, la lucha, los compañeros caídos... Unos recuerdos que no se permite olvidar, marcados en cada una de las cinco heridas de balas que conserva. Una herencia de otra época, lejana para muchos y tan cercana para los que la sufrieron. Miguel Ramírez Fajardo nació en 1915 en Grazalema, municipio de la Sierra de Cádiz. Desde muy niño pastoreó por los campos, hasta que con 21 años se alistó en el Ejército republicano. Las contiendas de la Guerra Civil, con su paso por la batalla del Ebro, le hicieron dejar atrás su tierra, a la que ya no pudo nunca regresar. La derrota le llevó al camino del exilio tras cruzar la frontera por el paso de la Junquera. Era el 11 de febrero de 1939: Miguel no yerra en las fechas. Vivió la desolación de cientos de miles de españoles en Perpignan, su incorporación a la Legión Extranjera en Francia, su participacion en la Segunda Guerra Mundial, la posterior evacuación a Ingraterra, además de su incorporación al ejército británico y su desembarco en Normandía. La vida de Miguel Ramírez es un repaso a la historia menos afortunada de Europa y de España. Los años de conflicto bélico, de enfrentamiento y de muerte. Pero Miguel sobrevivió para poder contarlo y transmitir sus ideas de libertad a sus hijos. Son retazos de una vida que es apasionante y amarga: «A mí me echaron de mi casa y en Inglaterra llevo casi 70 años...» En Inglaterra conoce a su esposa, Ascensión Belón, vizcaína, huérfana de guerra que fue trasladada a un centro de acogida para niños vascos en Cambridge. En Inglaterra se asentaron y tuvieron dos hijos, de nacionalidad británica, que le han acompañado en los merecidos homenajes tributados por sus paisanos. 'Pero siempre estaré en contra de las dictaduras: de la de Franco, pero también de la que hubo en Rusia...' «A mí me gusta la expresión 'de palabra'. ¿Que no estamos de acuerdo?, pues nos damos la mano y cada uno por su lado. Pero siempre estaré en contra de las dictaduras: de la de Franco, pero también de la que hubo en Rusia...», asegura Ramírez Fajardo, para concluir que frente a la opresión hay sólo un camino: «La libertad se gana luchando». El trayecto vital de Miguel Ramírez y su defensa de los valores democráticos, justificaron -años atrás- otras dos distinciones institucionales: por parte de la Junta de Andalucía, a través de su Dirección General de Andaluces en el Exterior, así como por la Embajada Española en Londres. Junto a esos reconocimientos figura uno oficioso, pero no menos significativo: Caballero de la Orden de la Lealtad a la República Española concedido en 1975 por el Gobierno de la República Española en el Exilio. Ahora suma a su lista de reconocimientos dos homenajes con especial significado. El que ha recibido en su propia casa y en el pueblo que dejó atrás. Es sin duda el más significativo. |