POR QUÉ EL TORO SÍ SUFRE 14. Podríamos pensar en función de los estudios mencionados, el que se ha hecho público en febrero de 2007, y el que se publicó en 2002 ( que corrobora el de la revista francesa a la que he hecho referencia publicado seis años antes) que existe una profunda contradicción entre ambos. Lo que si queda demostrado sea cual sea el que se ajusta más a la realidad, es que la lidia supone un importante estrés para el toro, y que tendrán que ser los que han incurrido en la contradicción los que nos den explicaciones. En cuanto al dolor que se infringe al toro, las altas tasas de betaendorfinas que se han detectado en sus cadáveres dejan claro que ha sido enorme, considerando a estas hormonas como lo que son, es decir, mediadoras y medidoras del dolor y del estrés, y de ninguna manera neutralizadoras de los mismos.
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