POR QUÉ EL TORO SÍ SUFRE 13. Esto contradice lo que se nos cuenta, ya que según él, estas sustancias serían capaces en el toro de lidia de neutralizar el dolor. ¿Por qué en el toro de lidia sí y en el resto de las especies no? Curiosamente las mujeres que recibieron cursillos de preparación para el parto fueron las que menor dolor manifestaron, y casualmente eran las que tenían niveles de betaendorfinas menores en su sangre. Queda claro según esta última apreciación que estas mujeres sintieron menos estrés y menos dolor a la hora de dar a luz, y por tanto su organismo descargó menos betaendorfinas. Estas mujeres por tanto, estaban más preparadas para afrontar una experiencia estresante y dolorosa como es el parto, y por ello sintieron menos estrés y menos dolor lo que condujo a una menor descarga de betaendorfinas. Podemos decir por tanto que las betaendorfinas no son neutralizadoras del dolor, sino medidoras y mediadores de él y del estrés. A mayor dolor y mayor estrés, mayor cantidad de betaendorfinas en la sangre. Puedo decir que estas sustancias naturales han sido purificadas e inoculadas como analgésicos y que nunca han sido capaces de neutralizar el dolor, salvo cuando se administraron por vía intracraneal, y además, su vida media es sumamente corta. No quiero incurrir en el error que se incurre en el estudio, es decir en comparar especies. A mí no se me va a ocurrir decir que el parto de una vaca es igual de doloroso que el de una mujer, porque estaría faltando a la verdad. Para concluir diré, que gracias al estudio, a las mediciones de ACTH, de cortisol, de noradrenalina, de adrenalina y de betaendorfinas, sabemos que el toro lidiado sufre durante veinte minutos aproximadamente una de las mayores torturas a las que puede ser sometido gratuitamente un animal. Sus conclusiones, sin él quererlo, nos han ayudado a comprender lo que esconde en realidad detrás de la “fiesta nacional”. Y para terminar, esperando no haberos aburrido demasiado, os diré que el profesor Illera incurre en una nueva contradicción que a mí me parece más grave que las anteriores: En el año 2002, se publicó una tesis doctoral con el título: “Influencias de la lidia sobre los perfiles hormonales plasmáticos en el ganado bravo”. En el resumen de dicha tesis, se puede leer entre otras cosas: “A la vista de los resultados obtenidos, se observa que la lidia provoca un aumento significativo de las concentraciones de cortisol y de corticosterona (ACTH), tanto en novillos como en toros”. Los grupos de toros analizados para esta ocasión son los mismos que han sido analizados en el estudio del que os he hablado. Curiosamente, ésta tesis fue dirigida por el profesor Illera. Cinco años después de publicarse esto, asistimos a la presentación de un estudio, que también forma parte de una tesis doctoral, pero que dice todo lo contrario. Conclusiones parecidas ya fueron publicadas en el año 1996 por una importante revista científica francesa (Renueve Medecine Veterinaire), en cuyo estudio se decía: En este trabajo hemos estudiado la activación del eje corticotropo en el toro de lidia después de la corrida, por el cruce de la estimación de parámetros indicadores directos (concentraciones sanguíneas de cortisol y de ACTH) e indirectos (num. De glóbulos blancos, fórmula leucocitaria, glucosa sérica y colesterol suprarrenal). También se ha estudiado la relación entre la activación del eje corticotropo y el comportamiento manifestado por los animales a lo largo del combate. Se han comparado los toros toreados en la feria de San Fermín con los de la feria del Pilar. La diferencia fundamental de estas dos ferias reside en el encierro que solo se practica en Pamplona. La existencia de una respuesta de stress aparece en la mayoría de los toros estudiados por la presencia de signos tanto directos como indirectos de la activación del eje corticotropo. Sin embargo, los toros toreados en Pamplona han tenido una respuesta de stress más intensa. También se ha observado que en Pamplona el porcentaje de animales con caídas es significativamente más débil que en Zaragoza. Una razón de estas diferencias podría encontrarse en el encierro. Éste podría constituir un estímulo previo de la activación del eje corticotropo pudiendo provocar este aumento de la respuesta del eje de cara al stress del combate.
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