POR QUÉ EL TORO SÍ SUFRE 10. La segunda parte de éste desvarío científico, se basa en la aparición de unas sustancias denominadas betaendorfinas que el profesor Illera ha encontrado en grandes cantidades en el cadáver del toro lidiado. Su presencia, al contrario que el cortisol, es mucho más alta en estos toros que en los transportados en un camión o en los que salieron al ruedo y fueron devueltos a los corrales antes de pasar el calvario de las diversas suertes de la lidia. Nuevo error del estudio al calificar a las betaendorfinas como hormonas neutralizadoras del dolor. Como he dicho anteriormente, en sus manifestaciones dice que, el toro lidiado descarga diez veces más betaendorfinas que la especie humana., y cómo he dicho antes, repito la pregunta: ¿alguno de ustedes ha sido lidiado?
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