Grazalema - Cadiz

Ha ocurrido, qué le vamos a hacer, nos ha tocado la china.

Esas son las palabras dichas en un programa de radio este mediodía por un padre de los angelitos de Pozuelo de Alarcón que el fin de semana pasada después de la botellona se divirtieron asaltando una comisaría, quemando un coche de policía, quitándole el arma a uno de ellos etc. Para entenderme me voy a imaginar una casa como a un hijo. Mi casa puede caerse porque llegue una inundación o haya un terremoto. También por abandono, por no hacerle nunca nada. En el primer caso podría decir con razon lo que dijo ese padre. En el segundo es falso y una falta grave justificarse así. Las palabras de resignación de ese padre son aún más alarmantes cuando nos quiere hacer entender que lo que le pasa es un accidente y no se da cuenta que es una consecuencia de su abandono y falta de responsabilidad como padre. En España cuando se nos cae una casa, sea por las razones que sean, acudimos a las autoridades a hacernos las víctimas y decir que me he quedado en la calle y si hay alguna tele por medio a gritar reclamando justicia. Qué lastima de mí y ya está, la responsabilidad ahora es del gobierno que me debe dar una nueva casa. Hay gente (muchas) que creen que con los hijos debería ocurrir lo mismo que con las casas. Si se tuerce ese hijo ya vendrá alguien a solucionarlo, pero a mí que no me molesten y no me falten diciendo que es un aprendiz de delicuente. Mi hijo, como yo, no hacemos nunca nada malo, sólo necesitamos más o menos que nos saquen de esos apuros. Si es así ese padre como muchos otros siempre pensará que la culpa y el marrón es de los demás. Así nos va en España y en Grazalema también.

Bien abrigado
llegaba al colegio
1960, no hace mucho tiempo
sentados frente a una cruz
y ciertos retratos
entre bostezo y bostezo gloriosos himnos pesados.

Despertamos en pupitres de dos en dos
aún recuerdo el estrecho bigote de Don Ramón
y la estufa de carbón frente al profesor
la dichosa estufa que no calienta ni a Dios.

Suena el timbre, al fin...!
bocadillo, recreo, evasión
una tortura más antes del juego
la leche en polvo y el queso americano.

Sales tú, la ligo yo
te cambio los cromos, te juego al tacón
salta tú y el gordo después
apuremos el tiempo que ya nos meten dentro.

Dos horas de catecismo
en mayo la comunión
la letra con sangre entra, otro capón!
tarea para mañana, puesto el abrigo
otra copla a los del cuadro y hasta mañana Don Ramón.

Ahora tú qué pensarás, si cuanto más me oprimían
más amé la libertad.

Es a tí a quien canto hoy, enseña a tus hijos
enseña a tus hijos a amar la libertad.