El Puerto de Santa María - Cadiz

Los 'correbous' salvan la cara y retratan la ubicuidad moral de la canalla catalanista

Ya está. La aventura política de Montilla en forma de tripartito ya tiene un final de legislatura de traca para cerrar su tortuoso camino que, según todas las encuestas, saltará por los aires en los próximos comicios de otoño. La prohibición de las corridas de toros en Cataluña acaba de salir adelante en el Parlament por 68 votos a favor y 55 en contra. Abstenciones, 9. Con la libertad de voto permitida, la elección de los 48 diputados de CiU y los 37 del PSC ha sido decisiva para decantar finalmente la balanza a favor de las tesis animalistas, respaldadas por ERC e ICV y rechazadas por PP y Ciutadans de Catalunya.

El debate, que ha durado cerca de 90 minutos, ha servido para evidenciar el inmovilismo que se ha producido durante los seis meses que ha durado el proceso de tramitación de la iniciativa. Un tiempo en el que pocos diputados parecen haber cambiado de opinión a pesar de que más de una treintena de defensores y detractores de las corridas han tenido la posibilidad de defender sus tesis. Así pues, y tras Canarias en 1991, Cataluña se convierte en la segunda comunidad española en vetar estos festejos.

Sin embargo los aficionados a los toros mantienen una pequeña vía de escape en el Sur de Tarragona. Concretamente en la zona del Ebro, donde reside el germen principal de la pasión taurina en la citada comunidad autónoma. Allí seguirán celebrándose, de momento, los ‘correbous’: los encierros típicos de las fiestas patronales en los que los animales son cercados y tuneados con bolas de fuego en los cuernos para deleite de los lugareños.

Hasta la fecha ningún partido político – ni siquiera los nacionalistas que gobiernan en no pocas de esas localidades - se ha atrevido a cuestionarlos. De ahí que su práctica fuera convenientemente desligada hace unas semanas del decreto de prohibición aprobado hace unos minutos en el Parlament. Los encierros serán legislados aparte.

Pero esa cuestión no se ha podido votar hoy. El PP lo ha impedido a modo de protesta por la tramitación de esta ley que nos traemos entre manos y que ha terminado por prohibir las corridas de toros en Cataluña. Sí, el PP. Han leído bien. El mismo partido que defiende la tauromaquia. Su motivo es el de desairar la doble vara de medir de los nacionalistas al prohibir la fiesta nacional, pero sí permitir los encierros.

Algo enrevesado pero que lo explica muy bien la diputada del PSC en el Ebro, Nuria Ventura, en El País: "El PP nos dijo que si no garantizábamos una serie de votos a favor de las corridas tendríamos problemas con los ‘correbous'".

La prohibición ya ha trascendido el mundo de los ruedos y desde algunos sectores políticos y mediáticos se ha vinculado al clima de desencuentro entre Cataluña y España tras la sentencia del Tribunal Constitucional sobre el Estatut.

De hecho el resultado de la votación inquieta en el cuartel general del PSOE pese a que el PSC se ha esmerado en intentar restar carga política a la votación. El PSC parece tener perdida la partida para los comicios autonómicos, pero el PSOE no quiere que el desencanto con los socialistas catalanes le resten votos para las generales de 2012. Tendrá que tender nuevos puentes.

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