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TRAMA DE LOS ERE | Comparece ante la juez Alaya

El chófer de la cocaína dice que gastaban hasta 25.000 euros al mes en droga

Dijo haberse gastado dinero de las ayudas en cocaína para él y su jefe
Asegura que Javier Guerrero despachaba por las tardes en bares de copas
Creó dos empresas de la nada sólo para recibir subvenciones de la Junta
Dijo a la Guardia Civil que dio a Guerrero dinero en metálico y regalos

A. Salvador | S. Torres | Sevilla

Actualizado martes 20/03/2012 14:16 horas


El antiguo chófer del ex director general de Trabajo, Javier Guerrero, ha declarado ante la juez Alaya que instruye el caso de los ERE fraudulentos que llegó a gastar hasta 25.000 euros al mes en la compra de cocaína para consumo propio y de su jefe con el dinero de las ayudas públicas que recibieron irregularmente sus empresas.

Juan Francisco Trujillo Blanco ha contado en su deposición judicial que consumían la sustancia estupefaciente a cualquier hora del día y que la compraba con una cadencia de tres o cuatro días, según uno de los abogados que ha asistido a la declaración judicial.

Trujillo asegura que llevó varias veces al ex director de Trabajo a la Consejería de Presidencia cuando Gaspar Zarrías era consejero

De acuerdo con el testimonio del ex chófer, Guerrerno no sólo se habría beneficiado con el consumo de la cocaína sino que también habría recibido entre 60.000 y 80.000 euros en metálico de su conductor, cuadros, un piano, antigüedades, ropa por valor de 2.000 euros y mil euros más en cosumo de telefonía móvil. Muchos de estos regalos se los habría llevado a su casa de El Pedroso el propio ex conductor.

La juez le imputa a Trujillo hasta once delitos. La comparecencia de Trujillo como imputado este martes ante la juez de Instrucción número 6 de Sevilla, Mercedes Alaya, quien investiga las irregularidades cometidas en numerosos ERE pagados por la Junta, ha comenzado a las 11 de la mañana.

La magistrada le ha imputado la comisión de once delitos: tres por obtención indebida de subvenciones, un delito de falsedad en documento mercantil y tres delitos de falsedad en documento oficial, otro continuado de cohecho, un delito continuado de tráfico de influencias, uno de prevaricación y otro continuado de malversación.

"El ex director de Trabajo presumía del poder que tenía para conceder ayudas, y yo me daba cuenta de que éstas se otorgaban a personas cercanas a Guerrero o al PSOE"

Tal y como adelantó su abogado cuando entraba en el juzgado, el ex chófer no se ha acogido a la posibilidad de no declarar y ha respondido a las preguntas de la magistrada. Para empezar, ratificándose en las declaraciones que hizo el 15 de diciembre de 2011 ante la Policía Judicial de Andújar (Jaén).

Entonces, Juan Francisco Trujillo reconoció que en 2004 recibió de la Dirección General de Trabajo y Seguridad Social dos subvenciones de 450.000 euros cada una, al objeto de crear una empresa de muebles y una oficina de asesoramiento empresarial, y otra para Lógica Estratégica Empresarial S.L., con el fin de crear un negocio de casas rurales en la sierra de Andújar.

Al hilo de ello, puso de manifiesto que "parte" del dinero de las dos subvenciones se destinó a estos objetivos, mientras que el resto del dinero, no recordando la cantidad exacta, "se lo dio en mano a su jefe", Francisco Javier Guerrero. Así, "y a solicitud" del propio Guerrero, "le compró varios efectos, como material de telefonía, artículos de música, antigüedades y ropa", mientras que "la mayor parte" del dinero la dedicó a comprar cocaína "para su jefe y para él", y otros gastos "como ir de fiestas y copas".

Hoy, Trujillo se ha ratificado en que él no estaba en las reuniones oficiales a las que asistía el entonces director de Trabajo de la Junta sino que se quedaba fuera, pero sí se iba de copas con él y luego lo llevaba en coche a su domicilio, en el municpio sevillano de El Pedroso.

El antiguo chófer dice que a Guerrero se le veía con frecuencia con el 'conseguidor' Juan Lanzas, con el directivo de Vitalia Antonio Albarracín y con el dueño de Uniter, José González Mata

Es más, según ha afirmado este martes, Francisco Javier Guerrero quedaba en los bares de copas para despachar. Un par de días después de verse con la persona que fuera en el bar, el chófer la veía en el despacho oficial, ha asegurado.

De hecho, en respuesta a la pregunta de la juez sobre la jornada laboral del que fuera responsable de Trabajo en la Junta, Trujillo ha dicho que al mediodía se iba a comer a un restaurante; de allí, se desplazaban a un bar de copas y, en ese local, despachaba asuntos por la tarde.

Igualmente, el chófer ha dicho que, "en al menos dos ocasiones", llevó a Guerrero a la Consejería de Presidencia en la etapa en que Gaspar Zarrías, mano derecha del ex presidente andaluz Manuel Chaves, estaba al frente. Una de las veces, "salió muy enfadado", ha precisado.

Tras subrayar que Guerrero, algunas veces, se 'molestaba' cuando le paralizaban las ayudas, su antiguo empleado ha afirmado también que el ex director de Trabajo "presumía del poder que tenía para conceder ayudas" y que él se daba cuenta de que estas subvenciones se otorgaban a personas cercanas a Javier Guerrero o al PSOE.

En el caso concreto de las ayudas que él recibió, el antiguo chófer ha dicho que su jefe se las ofreció en un bar de copas, donde le dijo que creara sociedades. Trujillo entiende que Guerrero "le estaba invitando a crear empresas ficticias", no con ánimo de ejecutar un proyecto empresarial, según ha declarado ante la juez.

En su comparecencia ante Alaya, también ha reconocido la amistad de Guerrero con el 'conseguidor' Juan Lanzas y ha defendido que era "frecuente" verlos juntos. También, ha dicho, veía con asiduidad al director de Trabajo con el directivo de Vitalia Antonio Albarracín y con el dueño de la mediadora Uniter, José González Mata.

El imputado ha llegado poco antes de las 10.30 horas a los juzgados del Prado de San Sebastián de la capital hispalense acompañado por su abogado, Antonio Aguilar, quien ha asegurado que su patrocinado acudía a "colaborar con la Administración de Justicia".

La declaración de Trujillo, al igual que ocurrió en el caso de Guerrero, en prisión desde hace ya diez días, se lleva a cabo en una sala de vistas y no en el despacho de la juez, y a la misma han asistido una veintena de abogados.

https://ww.elmundo.es/elmundo/2012/03/19/andalucia/1332181107.html