Alcalá de los Gazules - Cadiz

Sra. Aído sosiéguese, tranquilícese, España debe prohibir los velos islamícos integrales

La Ministra de esa cosa que se llama Ministerio de Igualdad, Dª Bibiana Aído sigue empeñada en querer mantener una postura de equidistancia frente a un tema tan vejante para la dignidad de la mujer y sus derechos, como es el uso de los velos islámicos integrales como son el Nikab y el Burka. Una forma de ocultación de los rasgos de la mujer y de una significación de sometimiento a la obediencia y respeto del esposo. Una degradación de la dignidad humana que es comparable con la de la esclavitud física y moral.

Resulta simplemente incongruente y cínico, el que esta representante de la llamada lucha por la igualdad de derechos entre los sexos, se declare de esta forma tan ambigua y recatada sobre este asunto, para el que pide tratarlo desde el sosiego y la tranquilidad. Y por supuesto que debe ser así. La sociedad española no puede permitir de una manera sosegada y tranquila el que en su propio territorio se vulnere la Constitución y se consientan usos y costumbres de otros países y religiones que atentan directamente contra la libertad de las personas y los derechos humanos.

Resulta simplemente increíble el que sea precisamente esta Ministra, que se dice ser adalid de la libertades de las mujeres y que no ha parado de promover leyes tan aberrantes como la de la ampliación del aborto, permitiendo el aborto libre a jóvenes menores de edad sin el consentimiento ni la información a sus tutores legales, los padres, la que ahora se muestre remisa a censurar el denigrante uso del velo, con independencia de las implicaciones a nivel de seguridad ciudadana en la identificación inequívoca de las personas a través de su fisonomía.

No es admisible el uso de cualquier prenda que oculte o disimule las facciones de un individuo sea mujer u hombre y mucho menos negarse a su identificación exclusivamente por motivaciones o creencias religiosas. España, como otros países civilizados occidentales, tiene su propia legislación que debe ser asumida y cumplida por cuantos residan en el territorio nacional. Nunca puede admitirse el que se intente imponer los usos o creencias de quien solo es un inmigrante y ha sido aceptado como tal. Si no está conforme y cree que se vulneran los derechos que se le reconocen en su país o en su religión, su única alternativa es la de abandonar nuestro país.

Así que Sra. Aído, con toda la serenidad, sosiego y tranquilidad que el caso requiere, le sugiero que se defina a la hora de tomar partido por cual cultura debe defender. Si tiene algún conflicto moral para cumplir con su deber, lo mejor es que abandone su cargo y se dedique a predicar como el Sr. Zapatero por la utópica Alianza de Civilizaciones. Eso sí, debe tener meridianamente claro que usted pertenece a una cultura que lleva luchando por los derechos de la mujer y que ha logrado unos avances espectaculares en los últimos cien años. No creo que su ceguera o populismo demagógico le haga renunciar a esos logros. O quizás es que al ser andaluza se sienta con más arraigo y coincidencia con lo que cree que son sus antecedentes culturales y añore lo que reclaman como propio desde muchos ámibtos musulmanes como Al Andalus.

Hay signos de la cultura musulmana que como estos del Burka y del Nikab son inaceptables para nuestro concepto actual de desarrollo social. Y desde luego que creo sinceramente que la sociedad española, apoyará mayoritariamente una Ley que como en Francia, acabe con el absurdo debate y siente las bases de lo que es una auténtica democracia occidental y no la tiranía clerical imperante en la mayoría de las naciones musulmanas.

Si quiere hacer política pedagógica de la igualdad, le recomiendo que se lance a una campaña de concienciación en Irán, Arabia y países de corte similar. Emplee el dinero de su inútil y suprimible Ministerio en algo más positivo. Eso sí, ármese de algo más que sosiego y tranquilidad y lleve un Burka, por si acaso....

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