Alcalá de los Gazules - Cadiz

El pueblo que vio nacer a la “devota” Aído

11:28 | 14 de febrero, 2010 Irina Moreno.

Un recorrido por los lugares y las personas que crecieron con la abanderada de la Ley del Aborto

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Alcalá de los Gazules.- Alcalá de los Gazules despierta puntual cada mañana, ajena a la fama de sus hijos ilustres. “A las siete hay que estar en pie y eso no nos lo quita nadie”, dice Antonio, ganadero “desde chico”, que muestra desinterés cuando se le pregunta por los políticos que ha alumbrado su tierra. Todavía no hay calles ni placas que los recuerden, pero este pueblo es famoso en Andalucía por ser cuna de socialistas. Bibiana Aído es la benjamina de esa estirpe.

La ministra de Igualdad es alcalaína “de toda la vida”, como dicen sus paisanos. Nació, vivió y estudió hasta los 18 años en este pueblo gaditano de la sierra del Aljibe. Allí aprendió el oficio de la política de la mano de su padre, Francisco Aído. Él fue el que le imbuyó la profesión pero, sobre todo, el socialismo. “Desde que era pequeñita, en vez de jugar a las muñecas, jugaba a los políticos y su padre no hacía más que hablarle de eso”, cuenta una de sus tías mientras pasea sin rumbo fijo con una amiga por el pueblo.

La vocación y el impulso de su padre (¿quizá nepotismo?) le valieron para escalar a la velocidad del rayo. Y es que, el que fuera primer alcalde de la democracia de Alcalá de los Gazules, es un hombre muy bien relacionado en el PSOE andaluz. “Es la mano derecha de Chaves o eso dicen”, explica un jubilado “de izquierdas” mientras deambula por el céntrico Paseo de la Playa. Y no anda desencaminado. El actual ministro de Política Territorial es amigo íntimo de la familia. Tanto, que Aído es su ahijada. “Por eso subió como la espuma”, recalca el anciano que, apresurado, añade: “Por eso y porque la muchacha debe de valer”.

La gaditana pasó de ser directora de la Agencia Andaluza para el Desarrollo del Flamenco de la Junta de Andalucía a ser la ministra más joven de la democracia. “De cantante jondo a cantante lírico”, dice jocoso el dueño de Territorio Flamenco, un bar frecuentado por los Aído, famoso por su solomillo al San Jorge y por el “demandadísimo” postre de Carlos. Jorge el Pavero, como le llaman sus paisanos, cuenta que a la familia de la ministra no se le conoce con un sobrenombre en el pueblo. “La gente pudiente no tiene mote”, aclara uno de los clientes que se inmiscuye en la conversación sin dejar de mirar su cerveza. Jorge, que elogia a la ministra “como persona”, es de su quinta pero no forma parte del grupo de amigos de Aído. “Ella se va con gente de dinero”, aclara y, con acento gaditano, espeta: “Aquí no se juntan los chivos con las cabras”.

“PSOE de derechas”

Estas diferencias son más que patentes en un pueblo que no llega a los 6.000 habitantes y que vive mayoritariamente de la construcción, el corcho y el rozo. “A nosotros no nos quedó más remedio que trabajar en el campo, pero ella tuvo la posibilidad de estudiar y, encima, ha tenido a su padre del alma, Chaves”, vuelve a añadir el mismo cliente sin despegar la mirada del botellín. Guiados por el prejuicio, se hace imposible no mostrar extrañeza ante dos conceptos antes tan distantes. ¿Es gente adinerada y de izquierdas? “Bueno”, asienten, con gesto incrédulo, los presentes en el bar que, con naturalidad, se han ido sumando a la conversación. “Son lo que llamamos socialistas de derechas”, dice uno de ellos, mientras otro afirma quejoso: “El PSOE ha perdido la ‘o’ de obrero”.

Alcalá de los Gazules es, además de cuna, bastión socialista. En el pueblo que vio nacer a históricos del PSOE como Alfonso Perales Pizarro, jamás ha gobernado otro partido. “Es cuna, bastión, pero, sobre todo, feudo”, remacha Susana, “concejala del PP, no concejal”, dice riendo. ¿Y por qué siempre ganan los mismos? La política responde sin pensárselo: “Porque este pueblo es un cortijo del PSOE. Todo el clan está instalado aquí”. Aunque Susana no le quita culpa a su partido: “Como pensamos que lo tenemos todo perdido, no luchamos por intentarlo”. Sin embargo, lo peor, según la popular, es que la gente ya se ha acostumbrado. “Alcalá está dejado y nadie hace nada para remediarlo”.

A todas las romerías

Bibiana Aído es una enamorada de su pueblo. “Siempre que puede, viene a pasar unos días”, cuenta Pedro mientras espera a que una sala de su instituto se quede libre para ensayar con su grupo de chirigotas. El año pasado, este adolescente y sus amigos introdujeron el ya célebre “miembros y miembras” en la letra de una de las canciones que presentaron en carnavales. Él y su grupo son del mismo instituto en el que estudió la ministra. “Aquí, todos la conocemos porque viene muy a menudo, sobre todo, a las fiestas del pueblo”, explica María Luisa, otra alumna del Instituto Sáinz de Andino. Cristina, su amiga, dice que la fiesta que más le gusta a Aído es la romería. “Es que es muy devota de Nuestra Señora de los Santos”.

Aunque resulte inverosímil, todos los alcalaínos, cuando hablan de Aído, utilizan el mismo calificativo. “Es muy devota”, repite un grupo de jubilados.

Y una de sus tías lo constata. “Nosotros somos una familia muy cristiana, no faltamos a misa ningún domingo”, dice mientras su amiga asiente convencida. La educación que recibió la ministra ratifica sus palabras. Estudió en el Beaterio Jesús, María y José, el colegio religioso del pueblo que, en su recibidor, anuncia al extraño: “Tu providencia y mi fe son los que sostendrán esta casa en pie”. La hermana mayor del colegio, Ana María, fue profesora de Aído, pero rehúsa hablar de ella. “He tenido malas experiencias con periodistas”, se exculpa, y añade, zanjando la conversación, que lo único que puede decir es que “era una niña como las demás, normal y corriente”.

El sacristán de la Parroquia de San Jorge, que cuida con admiración este templo del siglo XVI, enseña al visitante los entresijos de la iglesia entre los que se encuentra la pila bautismal donde fue bautizada la ministra. “Ella recibió el bautismo aquí, como todos los alcalaínos”, asevera Sebastián, más conocido en el pueblo como Chano. Pero el que realmente conoce la devoción de Aído es el guarda del Santuario de Nuestra Señora de los Santos. “Ella ha mamado la romería desde pequeña y no se pierde ni una, viene todos los años”, explica ante el imponente altar. La Virgen que da nombre a la ermita es una de las más famosas de Andalucía porque dicen que es “milagrosísima”. De ahí que las paredes estén envueltas de exvotos de lo más variopintos. Uno de ellos reza: “Vigersita, te ruego que saques a mi hermano de prisión, que él no acometido nada”. ¿Habrá uno que ruegue por un ascenso acelerado en política? El guarda se sonríe y responde, escueto: “No”.

El niño milagroso

Al lado del altar se erige el Niño de la Fertilidad. Es el otro símbolo del santuario y también es milagroso. “No sé qué tiene, pero la mujer que viene y lo toca, a los dos meses se queda embarazada”, explica el guarda, fascinado por la imagen. ¿Lo habrá tocado Aído? “No creo”, vuelve a responder. Un tercer “no” sobreviene cuando se le pregunta que opine sobre la que fue la precursora de la reforma de la Ley del Aborto.

“De eso no hablo”.

No todos los alcalaínos se mojan en un tema tan controvertido. “Hay miedo”, confiesa un jubilado sin explicar el por qué de ese temor. Pero hay otros que responden sin ambages, casi sin pensárselo. “Aquí a nadie le gustó, no sentó bien”, afirma Jorge, apoyado en la barra de su bar con gesto contrariado. Un grupo de adolescentes de la generación Ni-Ni (“no nos queda otra, aquí no hay trabajo”) muestra con naturalidad su desaprobación. “No nos gusta que nuestra paisana haya hecho eso”, dice una chica, mientras su amigo, más ducho en política, afirma: “Le han puesto de ministra para comerse marrones como el del aborto. ¿Tú crees que un Griñán o un Chaves van a hacer una ley como ésa? Para eso está la gente joven, pero ya le darán su recompensa”.

¿Y qué pensará su familia? “No nos gustó a ninguno”, se sincera su tía, que, sin embargo, prefiere mantenerse en el anonimato. Y es que, en el pueblo de la ministra, no entienden “ni lo del aborto ni lo que es un Ministerio de Igualdad”, según cuenta uno de los clientes del Bar Los Manueles, antiguamente regentado por los abuelos de Aído. “¿Igual... qué?”, se pregunta el señor de al lado, que acaba de pagar la cuenta. En El Luca, el pub del primo de Aído, donde la ministra “se ha corrido alguna que otra juerga”, no entran al trapo: “Yo, de ella, no hablo”, responde tajante su primo.

Susana, “la concejala” del PP, dice que la paridad en el ayuntamiento se cumple “sin ministerios inútiles. Somos siete mujeres y ocho hombres”. El chico versado en política zanja la cuestión echando mano del refranero: “Eso no sirve para nada porque, como decimos en el pueblo, el sol, cuando sale, calienta a todo el mundo”.

https://ww.intereconomia.com/noticias-gaceta/sociedad/pueblo-que-vio-nacer-%E2%80%9Cdevota%E2%80%9D-aido

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Comentarios desppotas hacia el cristianismo,confundiendo a los tertulianos foreros en tan necias palabras slo puede ser escritos por gente rancia ,sin argumentos...........Ser cristiano es antidemocrata? Ser sociable con todos es antidemocrata?Ser siempre tu mismo es antidemocrata?,,,,dejas bien claro ansiadas insignas de poder a costa de..
injurias ORO EN LOS DIENTES.
MIEDO ES HARINA DE OTRO COSTAL,,,,para que el dolor de muchos no queden con su santo nombre en vano para que el viento que lo azota siga silbando sin hacer daño,,,,por supuesto que han aprobado una ley de aborto
es de recibo en un MINISTERIO DE IGUALDAD,,,,seguro que muchos de los salvadores del mundo la apoyaron para despues criticarla......
Pero tambien te dire que por la maldad de tus escritos-textos lo tuyo tampoco lo cura un buen samaritano.
UN SALUDO DESDE CORDOBA BIBIANA AIDO TIENE EL RESPALDO DE MUCHAS MUJERES Y HOMBRES SENSATOS