Poesía CANTO A ZORITA Zorita, con sus calles retorcidas, casas limpias y paredes blancas, es la villa que alegra nuestras vidas erguida entre altozanos y barrancas cual bando de palomas ya dormidas. Por sus áridos campos, en verano, trabajan afanosos labradores con aspecto sencillo y campechano, bajo los rayos de sol abrasadores mientras van separando paja y grano. En sus vastos y oscuros encinares las tórtolas entonan sus arrullos en la cálida paz de los trigales, mientras suenan a dúo los murmullos de la cigarra y el grillo en olivares. Las hormigas hacen sus maravillas transportando sin pausa y con esmero, del trigo y la cebada sus semillas que van almacenando en su hormiguero para alimento de sus tribus sencillas. Las abejas, libando flores por doquier se ciernen por los aires afanosas llevando en su patas el polen a granel, que después de tareas primorosas convertirán más tarde en rica miel. Cantan el cuco y el mirlo en lontananza , la abubilla entre los recios encinares, y en todo el horizonte que se alcanza resuenan sin sosiego y sin templanza los trinos de jilgueros y zorzales. Bajan los arroyos sus aguas cristalinas discurriendo en pequeñas torrenteras, en medio de las calmas vespertinas, mientras croa la rana en sus riberas y duerme la tortuga entre las chinas. Gime el viento al cruzar la verde fronda surcando muchas aves por el cielo el rápido vencejo, la cigüeña oronda, las urracas, el tordo y el mochuelo, golondrinas, gorriones y la alondra. Por el suelo se ocultan los reptiles la culebra, el lagarto y sus retoños, observando muy taimados y sutiles la próxima llegada del otoño en que habrán de volver a sus cubiles. En tanto en esta villa acogedora es constante el bullir de su gran gente, cumpliendo muy felices cada hora el precepto del fraile inteligente que repite una vez más: ¡Ora et labora! Zorita Mayo 2008-05-23 M.Ciudad.
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