Zorita - Caceres

AVISO A NAVEGANTES

A través de los órganos de difusión (prensa, radio y TV), hemos tenido conocimiento de tres recientes casos de intoxicaciones producidas por la ingestión de setas, que han afectado a varias personas, entre ellas, a un grupo de inmigrantes tailandeses, en provincias situadas al norte de Madrid.

La intoxicación, muy grave o gravísima, ha sido causada por la seta Amanita phalloides, la más tóxica e incluso mortal, de las especies que se encuentran en nuestros campos tras las primeras lluvias del otoño. Es decir, ya mismo.

Para los no entendidos en Micología, esta puede ser confundida con el Agaricus campestre (o champiñón), aunque entre ésta y aquella existen diferencias notables que deberían ser conocidas por todos aquellos que se dedican a la recolección y consumo de setas.

Hay varias especies más cuya toxicidad es más o menos grave, y sus efectos pueden limitarse a trastornos gastrointestinales de diversa intensidad y fácilmente tratables en nuestros centros médicos o de salud, pero la referida amanita, por su contenido en amatoxinas y falotoxinas, causa gravísimos daños renales y hepáticos que pueden llegar a ser mortales o requerir el trasplante de órganos afectados.

Esta seta se encuentra con relativa abundancia en nuestra zona, así como Amanita muscaria, Amanita phanterina, Entoloma lividum, Lepiota helveola, Lactarius torminosus, etc. asimismo tóxicas, que también producen cada año frecuentes intoxicaciones de necesario tratamiento médico.

A los aficionados hay que advertirlos, una vez más, que solo se limiten a consumir aquellas especies que tengan perfectamente identificadas o que las sometan al examen de técnicos especializados o micólogos que sepan al menos distinguir entre especies comestibles y no comestibles.

Así evitaremos las desagradables consecuencias que producen estos frutos espontáneos de la Naturaleza y que tan ricos resultan al paladar si son bien elegidos y cocinados.

Por tanto, mucha prudencia y no arrimarse demasiado al toro.
Saludos.

CONTINUACIÓN….

Siguiendo mi anterior comentario sobre la peligrosidad de consumir algunas especies de setas tóxicas o indigestas, estimo conveniente añadir:

Primero.-Que son totalmente falsos los consejos de algunos, cuando afirman que la toxicidad puede ser evitada o disminuida introduciendo al cocinarlas una moneda de plata o varios ajos, observando si una u otros s resultan ennegrecidos, prueba de que es venenosa y, por el contrario, comestible si estos no cambian de color.

La moneda o los ajos se tiñen de negro cuando la seta contiene azufre y, precisamente, la Amanita Phalloides, seta mortal, no lo hace al no contenerlo, mientra otras comestibles sí lo contienen.

Segundo.-Que cocinando mucho las setas y a temperaturas muy altas desaparece su toxicidad, cuando lo cierto es que las toxinas que contienen son termoestables y permanecen activas después de haber soportado muchísimos grados de calor.

Tercero.-Que el hecho de haber sido roídas por conejos, caracoles o insectos sea prueba de su inocuidad, ya que el sistema digestivo de estos vertebrados o invertebrados es totalmente distinto al humano y puede neutralizar las toxinas.

Cuarto.-Que ni el color, ni el olor, ni el sabor, son determinantes de su comestibilidad, ya que hay setas buenas, y setas tóxicas, con los mismos colores, olores y sabores, y

Quinto.-Que solo, deben consumirse, la primera vez, especies perfectamente identificadas y en cantidad de unos 150 gramos por persona, ya que algunas variedades resultan indigestas y no son toleradas por todos.

Por último, resaltar, una vez más, que las intoxicaciones graves o muy graves, producen la destrucción de órganos vitales en medio de grandes sufrimientos y dolores, llevando a la muerte si no son tratados con urgencia en centros médicos especializados en este tipo de intoxicaciones.

No pretendo con estas consideraciones sentar cátedra en la materia sino solo advertir a los profanos los peligros que entraña y tratar de evitar graves y desagradables problemas a aquellos que sin una experiencia previa se lanzan a recolectar y consumir setas.

Este es mi único objetivo. Gracias y Saludos.

Pues en mi pueblo, que es el vuestro también, había un doctor que todos conocisteis que, ante la duda, echaba el manjar en cuestión a los perros, y si estos no la palmaban, es que se podía comer. Lo malo es que yo creo que los cánidos no son muy vegetarianos que digamos, salvo que se aliñen con suculenta salsa y el susodicho can tuviese más hambre que el perro del afilador que se comía las chispas para comer caliente.