Lo que va de ayer a hoy LO QUE VA DE AYER A HOY Eran tiempos de miseria con la barriga vacía, persiguiendo con histeria el yantar de cada día. Hambre a granel se pasaba y no exagero un comino, todo el mundo presentaba un tipo espigado y fino. Nadie engordaba ni un gramo y siempre con apetito, el cuerpo parecía sano aunque amargado y contrito. No había un solo hipertenso ni existía el colesterol, por falta total de “pienso” y conste que no es farol. La gente pasaba el día con peor vida que un perro, y aunque comer no podía tenía una salud de hierro. No conocían las gentes desganos o inapetencia, ni otros reconstituyentes que llevarlo con paciencia. --ooOoo— Hoy, los tiempos han cambiado, ya existe mucho de todo, nuestra dieta ha mejorado y hasta “empinamos el codo”. Llenos están los estantes de las plantas comerciales, de productos importantes y alimentos a raudales. Atestadas las viviendas las cocinas y alacenas, de viandas estupendas y múltiples cosas buenas. Todos comemos sin tasa muy diversos alimentos, en restaurantes o en casa y nos hallamos contentos. Mas hay un problema nuevo como última novedad, lo pernicioso del huevo, colesterol de verdad. Pues los constantes progresos de la nueva Medicina, nos priva, como a los presos de la entrada en la cocina. Nada de grasas de cerdo ni de hidratos de carbono, si eres un hombre cuerdo has de comer como un mono. Solo frutas y verdura boquerones y sardinas, y mantendrás la figura con diversas medicinas. Los mariscos, son fatales más que el ácido sulfúrico, y acarrean serios males si sube el ácido úrico. El tocino, es un pecado, la morcilla, un disparate, si acaso algo de pescado y espinacas con tomate. Si aumenta el colesterol o la tensión se dispara, háblale al enterrador pues la muerte se prepara. No comas jamón, ni queso, ni judías con chorizo, si no quieres verte tieso como el muerto más castizo. Las carnes, te están vedadas así como las bebidas, y las salsas sazonadas son materias prohibidas. Todo el mundo ya conoce que son las transaminasas, y también los triglicéridos como el patio de sus casas Antes se quería comer y no podíamos hacerlo, hoy lo podemos hacer y no podemos comerlo Así que yo me pregunto ¿Qué es preferible, vivir con aspecto de difunto, o alegre y gordo morir?. Es una barbaridad el comer como animales, el riesgo, es la obesidad suma de todos los males. Es el eterno dilema que nadie está resolviendo, ese difícil problema del adelgazar comiendo. Poca molestia al Galeno, y, obrando de esta manera comeremos mucho y bueno y sea lo que Dios quiera. Pues como dice la Ciencia no hay que comer en exceso ya que, según la experiencia vive menos el obeso. Discrepo de estos saberes y preciso es comer bien porque los gordos se mueren pero los flacos, también.
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