NUNCA OLVIDEMOS LA FIESTA DEL ÁRBOL FIESTA DEL ÁRBOL A Villanueva de la Sierra le intentaron arrebatar la antigüedad de esta celebración los catalanes, los castellano-leoneses e incluso los americanos, que aseguraban que sus fiestas del árbol eran las veteranas. El asunto quedó resuelto definitivamente en el año 1971 cuando la corporación municipal de la localidad en pleno, acompañada por Ángel Paule Rubio, director del colegio del pueblo, y el párroco, viajó hasta Barcelona con los documentos en la maleta para dejar constancia de que la veteranía cacereña. Los archivos municipales permitieron demostrar que si los Estados Unidos tenían la fiesta desde 1872 y Cataluña desde 1905, Villanueva la tenía desde 1805. Esa primacía les ha sido reconocida incluso por las instituciones barcelonesas; de ahí la invitación cursada a la representación del pueblo al vigésimo quinto aniversario de la Fundación del Patronato de Repoblación Forestal, en el que quedó claro que el cura Vacas Roxo fue quien instituyó la Fiesta del Árbol Forestal, mientra que al tenor Francisco Viña Dordal le correspondía la titularidad de la Fiesta del Árbol Frutal. La idea de la celebración se le ocurrió a don Ramón Vacas Roxo en 1805, cuando, acompañado de los maestros y niños de la escuela del pueblo, decidió plantar árboles en la fiesta del martes de Carnaval, "persuadido de lo importante que tiene el arbolado por la salubridad, higiene, ornato, carácter, ambiente y costumbres". Esta motivación, propia de un ilustrado, es acompañada en una tradición local anacrónica por la del deseo de conmemorar la libertad, tras la destrucción de los montes de la zona por las batallas protagonizadas en las tropas locales y las de Napoleón Bonaparte. Lo cierto es que el sacerdote convocó por oficio a «clérigos, maestros, autoridades, pueblo, vista la importancia que tiene el árbol para la salubridad del clima y quiso darle aire de fiesta», como recoge Ángel Paule, licenciado en Geografía e Historia, en uno de sus trabajos sobre el festejo. La fiesta se ha venido celebrando con más o menos boato desde sus orígenes, pero nunca se ha olvidado. El anhelo de los vecinos es que la declaración de Interés Turístico Regional se tramite lo antes posible. Entonces se celebrará por todo lo alto.
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