Erase un hombre pegado a una colilla Erase una vez un nostalgico y capaz engreido, locuaz señor de bastos y regios lugares, defensor de agravios,entuertos y mozas lozanas cuasi quixote, de lugar torrente bien conocido, fronterizo entre las hurdes y a gata de estos lares. de sus palabras al aire con humo las acompaña, haciendo cuantas señales de fortaleza sagrada, relajante acompañante de bolutas blancas, de flor a vate, dando al traste con sagaz saña, empalmando poco el loto pero si uno tras otro de colillas saboreadas con ceñuda sabiduria, que diria su libertador de la arriba España?... erase una vez un doctorado de sabores ocres, pegado a el una colilla que no colita del rabo, pues no piensen ustedes que de ningun animal hablo. atentamente el cafetero. |