La piel. Piel de melocotón tersa y suave, terciopelo sutil en la mañana, que emana amor sumiso y fiel, en el silencio callado de la tarde, y posa sus labios sedosos en mi cara. Piel con aroma a limón, a azahar y a hierbabuena, a fragancia de los tomillos salvajes que inundan toda mi sierra. Esa piel, pergamino añejo,arrugada, abrasada por el tórrido sol en los estíos, testigo inerte de sueños del pasado, de promesas fallidas y de olvidos. Piel ardiente, ansia eterna, siempre atenta al roce de mi piel, lujuria y desenfreno deseado, pasiones y caricias como miel, de besos pasajeros egoístas, recuerdos aún latentes del pasado. Piel tostada de canela fina, de olivares y siegas embriagada, de arrullos y susurros al oído, al amparo de la noche sosegada. Piel blanca, suave de algodón, volcán ardiente adormilado, presagio de amor y de placer, caballo salvaje desbocado. Piel sensible que vibra de emoción al son suave y yemas de mis dedos, caricias de tul, alas de genillo , llena sueños juveniles y “ te quieros”. Piel de rosas, amapolas y claveles que rezuma su amor de madrugada, que inunda de aromas y amores a millares la magia de la noche enamorada. Piel de olivo adormilada y somnolienta, vana de anhelos y deseos furtivos, harta de abrazos prietos,emotivos, de requiebros, de risas y desvelos, de besos dulces, amables, pasajeros , de amores fingidos y egoístas como el hielo. Piel de hiel, amargo desatino, ponzoña venenosa, mutilado amor, errante peregrino en el desierto, carente de ilusiones y sonrisas prisionera del odio y el rencor. Piel ajada, rota en mil pedazos, mortecina, profunda y arañada, que un día fue joven y sedosa, oasis de paz en el desierto, hoy es lava rugosa y estriada. |