Villanueva de la Sierra - Caceres

Era una tarde cualquiera
cuando aquella puerta abrí
en aquella residencia
y un gran dolor yo sentí.

Allí la encontré sentada
enjuta y muy pensativa
con la mirada perdida
sin saber a donde iba.

Con aquellos grandes ojos
como luceros del alba
hoy los encuentro apagados
tengo una herida en el alma.

Aquellos brazos amorosos
y que tanto me abrazaron
hoy los encuentro caidos
de tanto amor que entregaron.

Aquellas manos suaves
que tanto me acariciaron
ahora las encuentro inertes
¡cuántas veces me acunaron!.

Hoy ya no me reconoce
por cualquier nombre me llama
siento una pena tremenda
no sé como consolarla.

Salgo de la habitación
con una enorme tristeza
me dan ganas de llorar
dejándola sola a élla.

Saludos. Umionmendia.

Es una invención pero en muchos casos es la triste realidad.

Estos preciosos versos de Umionmendía me han recordado una historia que me mandaron hace tiempo por el correo electrónico. Me figuro que muchos la conoceréis, pero la voy a reproducir para quienes no la hayan leído nunca :

Era una mañana agitada, eran las 8:30 cuando un señor mayor, de unos 80 años, llegó al hospital para que le sacaran los puntos de su pulgar.
El señor dijo que estaba apurado y que tenía una cita a las 9:00 am.
Comprobé sus señales vitales y le pedí que tomara asiento,
sabiendo que quizás pasaría más de una hora antes de que alguien pudiera atenderlo.
Lo ví mirando su reloj y como yo no estaba ocupado con otro paciente, decidì examinar su herida.
Durante el examen, comprobé que estaba curado, entonces procedí a quitarle las suturas.
Mientras le realizaba las curaciones, le pregunté si tenía una cita con otro médico esa mañana, ya que lo venía tan apurado.
El señor me dijo que no, que necesitaba ir al geríatrico para desayunar con su esposa.
Le pregunté sobre la salud de ella.
Me respondió que hacía mucho tiempo que ella padecía de Alzheimer.
Le pregunté si ella se enfadaría si él llegaba un poco tarde.
Me respondió que hacia más de cinco años que ella no sabía quien era él, que desde ese tiempo ya no podía reconocerlo.
Me sorprendió... y entonces le pregunté,
"Y usted sigue yendo cada mañana...
aún cuando ella no sabe quien es usted..??"
Él sonrió... me acarició la mano y me dijo:
"Ella no sabe quien soy yo,
pero yo aún sé quien es ella".
Se me erizó la piel... tuve que contener las lágrimas
mientras él se iba y pensé...
"Ese es el tipo de Amor que quiero en mi Vida".
El Amor Verdadero no es físico, ni romántico.
"El Amor Verdadero es la aceptación de todo lo que es...
ha sido... será y no será".
"La gente más feliz no necesariamente tiene lo mejor de todo, ellos sólo hacen todo lo mejor que pueden".
"La felicidad de la vida no està
en cómo sobrevivir a una tempestad, sino... cómo bailar bajo la lluvia".
Gracias por tomarse el tiempo de leer esta historia. Gracias por la visita...

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Saludos

Castaño

Tremenda la historia que nos cuentas Castaño. Pero desgraciadamente casos como ese, casi todos anónimos, ocurren cada día a nuestro alrededor y ni siquiera nos damos cuenta.

En mi opinión una de las peores enfermedades, junto con el put* cancer, de nuestros días...

Por eso cuando desde el poder se dice, se insinua, se practica el recorte de fondos en investigación se me eriza el vello. Cuando los predicadores desde sus rincones prohiben y demonizan cualquier posible avance con células madre en esta linea se me pone la carne de gallina...

Mientras tanto, paciencia; algún día la medicina nos dará una alegría.

,.VICENTE, CASTAÑO, gracia por el nudo tan enorme que tengo en mi garganta y las lágrimas que están brotándo de mis hojos.
,.Mi madre, después de varios años de esa enfermedad, murió en mi casa sin decir una sóla palabra, sólo se quedaba escuchando y medio sonriendo cuando le hablaba y le cojía de su mano como si me conociese.
,.Por favor CASTAÑO, ya la otra vez que lo pusistes me hicistes llorar, por favor, que luego mi esposa dice que soy un llorón.
,.Maldita enfermedad.

Un abrazo.
Siminerre.