Villanueva de la Sierra - Caceres

El caso no ha dejado de rondar mi cabeza todos estos años y ahora vuelve a ser actualidad informativa.
Han cogido a uno de ellos,seguramente el mas podrido haciendo de las suyas otra vez.
Mis tripas se ven de nuevo revueltas.

El pequeño James Bulger debido a un despiste de su madre en un centro comercial,cruzo un instante fatal de su corta vida con dos demonios andantes,de carne y hueso,los mas peligrosos de esa fauna.

En la adolescencia el cerebro no ha desarrollado aun totalmente la personalidad de un sujeto,pero hay ya un vector de marcado,influido por experiencias y el medio.
En el Señor de las Moscas se indicaba una simulacion con el mundo aduto y su orden jerarquico.

Cogido de la mano,confiado,inocente,con solo dos añitos de vida,caminaba a su calvario.
Fue torturado y golpeado hasta morir por dos bestias,martir como tantos de la historia pero a la temprana edad de dos indefensos añitos.

Perdonanos pequeño James por los excrementos de la suciedad,por el mal abyecto imparable.
Perdonanos pequeño James Bulger,por nuestro ajetreo,por no prestar atencion,por las malditas prisas,por el ruido ambiental que no nos deja oir ni pensar.
Perdonanos por no poder ver ni oir tu rapto.

Perdona a los dioses todopoderosos y onnipresentes ausentes.

Perdonanos a todos,si acaso eso es perdonable.




Veton

Es triste ver cómo unos pocos lobos acaban con tantos corderos.

Recuerdo perfectamente el caso, que me impactó mucho, ya que mi hijo mayor tenía entonces la misma edad que ese pobre niño inglés . Hace unos pocos días leí que han detenido otra vez a unos de los asesinos.

Pero a veces me pregunto si no tenemos todos algo que ver en que existan alimañas como esas. Es cierto, como bien dice Vetón, que todos tenemos que pedir perdón, por formar parte de una sociedad que genera estos criminales. Aquí, en España, tenemos un caso similar en candelero, el del famoso “Rafita”. El Rafita es un verdugo, pero si nos paramos a pensar, también es una víctima de un sistema que crea monstruos en la marginación. Nadie le educó, nadie le obligó a ir al colegio, nadie impidió que estuviera todo el día en la calle aprendiendo fechorías de sus mayores, nadie le enseñó las mínimas normas de ética y moral, nadie le ofreció ni un poco de cariño y compresión. ¿Es posible que con ese caldo de cultivo saliera algo bueno?. Ojo, no es una disculpa, por poca formación que tuviera debería entender lo que es el bien y lo que es el mal, y que el crimen que cometió con otros es de lo más abominable que se ha visto en este país. Pero sí que puede ser un atenuante su situación marginal y amoral y que creciera en una barrio chabolista sin que nadie le educara ni le hiciera distinguir entre el bien y el mal.

Entiendo perfectamente el sufrimiento de esa madre, y comprendo que si se lo dejaran en sus manos lo destrozara, yo actuaría igual, pero desde fuera y en frío, se pueden ver otras connotaciones.

Algo falla en el sistema. El tal Rafita ya no se podrá reinsertar jamás, si es que eso hubiera sido posible. Ahora todos conocemos su cara, nadie se tomó la molestia de preservar su identidad. En el supuesto caso de que le entraran ganas de rehacer su vida, de trabajar, de reinsertarse de verdad, le va a ser imposible, nadie le va a dar trabajo, está condenado a delinquir para sobrevivir, carne de cárcel de por vida. No es ningún angelito, ni mucho menos, pero casi siempre es la marginación la que crea estos monstruos. Y todos le señalamos con el dedo, pero no asumimos nuestra parte de culpa en su marginación


Castaño