Villanueva de la Sierra - Caceres

Tambien del poeta Extremeño D. Juan Garcia G.

Cada vez que llego a entrar
dentro de un cementerio,
no cabe duda que estoy
delante de un libro abierto
aprendiendo las lecciones
que me están dando los muertos.

Allí un panteón se eleva
donde descansan los restos
de un hombre cuyas riquezas,
las hizo siendo usurero.

Hermoso es el panteón
para descansar su cuerpo;
pero ¿quien podrá saber
si su alma está en los infiernos?

Al lado del panteón
otro sepulcro contemplo
Me dicen que es de una joven
que debió subir al Cielo
por ser muy pura y honesta.
No digo que no sea cierto;
pero en la fotografía
que en el sepulcro le han puesto,
con los brazos al desnudo
y escote no muy modesto,
no hay quien pueda asegurar
que la dejó entrar San Pedro.

¿ Por qué exhibieron tus carnes
si están pudriendose dentro?
Oh, Vanidad, Vanidad,
que locos son tus intentos!

Y así página por página,
voy este libro leyendo,
aprendiendo las lecciones
sublimes del cementerio
¿ Para qué ? pues, para ver
que los grandes y pequeños,
los sabios, los ignorantes;
los humildes o soberbios,
gozan la misma igualdad
en la ciudad de los muertos!
Pero ¡ Ay !, esa igualdad
solo se refiere al cuerpo;
Porque en relación al Alma
solo Dios, sabe el misterio!.
Marub.

Profunda reflexión...

Como continuación añado otra no menos profunda de un fragmento de una de la rimas de Becker.

(...)

—¡Dios mío, qué solos
se quedan los muertos!

En las largas noches
del helado invierno,
cuando las maderas
crujir hace el viento
y azota los vidrios
el fuerte aguacero,
de la pobre niña
a veces me acuerdo.

Allí cae la lluvia
con un son eterno;
allí la combate
el soplo del cierzo.
Del húmedo muro
tendida en el hueco,
¡acaso de frío
se hielan sus huesos…!

¿Vuelve el polvo al polvo?
¿Vuela el alma al cielo?
¿Todo es sin espíritu,
podredumbre y cieno?
No sé; pero hay algo
que explicar no puedo,
algo que repugna
aunque es fuerza hacerlo,
el dejar tan tristes,
tan solos los muertos.


Por tanto ante evidencias tales como se dice por el pueblo "Haz bien y no mires a quien.

Saludos.

Moragalla.

Agustin de Foxá,escribió una poesia muy real sobre la muerte.
La voy a detallar para ver que os parece. Se titula :
MELANCOLIA DE DESAPARECER

Y pensar que después que yo me muera,
aún surgirán mañanas luminosas,
que bajo un cielo azul, la primavera,
indiferente a mi mansión postrera,
encarnará en la seda de las rosas.
Y pensar que,desnuda,azul,lasciva,
sobre mis huesos danzará la vida,
y que habrá nuevos cielos de escarlata,
bañados por la luz del sol poniente
y noches llenas de ésa luz de plata,
que inundaban mi vieja serenata,
cuando aún cantaba Dios,bajo mi frente.

Y pensar que no puedo en mi egoismo
llevarme al sol ni al cielo en mi mortaja;
que he de marchar yo solo hacia el abismo,
y que la luz brillará lo mismo
y ya no la veré desde mi caja.

Espero que os guste.- Manolo

Muy bueno Moragalla, muy bueno Manolo, vamos a seguir así por lo menos nos deleitamos leyendo algo que nuestros antepasados nos dejaron como ejemplo a seguir, con estas lecciones magistrales.
Goyo Serrano.