Valencia de Alcántara - Caceres

No sé si por desvarío o mental indigencia
energúmenos antipapa y perroflautas
agreden con inusitada violencia
a jóvenes tratando de imponer su pauta.

Quéjanse de que con sus impuestos
se sufraga la visita del Papa;
no se han dado cuenta aún éstos
que por una vez Madrid sale en el mapa.

Cuanta demagogia, que estrechez de miras
demuestran esos radicales de izquierda;
los inundan el odio y la ira,
por mí se pueden ir a la mierda.

No sé por qué a los muchos asistentes
les impiden ejercer sus derechos religiosos,
porque no hay que ser creyente ni inteligente
para ver que la JMJ es un negocio muy goloso.

Aseguran los intolerantes laicistas
que con sus impuestos se pagan las jornadas,
pues que se quejen al Gobierno socialista
y a la Moncloa acudan en manada.

Quienes a sí mismos se llaman indignados
agreden a los menores visitantes,
dan la impresión de ser unos amargados
a los que habría que calificar cómo indignantes.

Al principio contaron con mi apoyo
y a sus propuestas les puse pocos peros,
aunque ya hastía y cansa tanto rollo
de esos lobos disfrazados de cordero.

Cómo termina esto pronto lo sabremos
y quien está tras tanta mala baba,
pues algún día en España averiguaremos
si no tendrá algo que ver un tal Rubalcaba.

Los jóvenes superaban con creces el millón,
los indignantes apenas alcanzaban los mil;
aquellos expresaron con júbilo su religión,
a éstos les queda rumiar su odio en el redil.

No creo que el catolicismo se haya puesto de moda
pero la visita del Papa ha dejado un buen rédito,
y aunque a los laicistas les disguste y les joda
la JMJ ha resultado ser un rotundo éxito.

Yo con mis impuestos, no quiero que financien a los de la ceja para hacer peliculas y malas.