Valencia de Alcántara - Caceres

Trastadas de nuestros mayores.
Prohibida la reproducción porque no hay tanto campo para correr, abstenerse.
Mi abuelo que tenía una vida muí ociosa, partidas de cartas, chateando vinitos todo el día,
Tenía una vida tan ociosa que se aburría, para divertirse los días de fiestas, en esos bailes de los jóvenes y sus madres, tenía la feliz idea de poner una lata de guindillas ardiendo, imaginaros a los pobres tosiendo y ventoseando saliendo el baile y cagandose en mi abuelo.
Se paso casi toda su vida corriendo campó atreves.
Un saludo

Eso es lo que yo hecho de menos en la juvenud de ahora ( ...), la picardía, antes se hacían trastadas como tú bien dices, ahora suelen ser gamberradas con muuu mala leche, dañinas y a veces hasta son delitos...

Yo también tuve un abuelo de aquellos que se dice "genio y figura hasta la sepultura".
Cuando alguien se casaba, cogía a todos los gatos del pueblo, los calzaba con cáscaras de nueces y los metían todos en el "doblado" (segundo piso de la casa hecho por aquellos entonces con vigas y tablas de madera)de los recien casados. La noche seguro que la tenían entretenida, además de los menesteres de "consumar" el matrimonio .

Pero lo mejor para mí era escucharlo cuando lo contaba con todo detalle, le brillaban los ojos de picaro como si lo estuviese viviendo de nuevo...

Aaaaainnssss, Paisana qué recuerdos!!! Gracias por hacerlos venir.

María jara, enramaos afortunados, teníamos intacta la inocencia y las ilusiones, todo nos motivaba, teníamos metas.
No todos los jóvenes tienen ese comportamiento afortunadamente, como padres nos ha tocado educar en este tiempo carente de valores y respeto hacia todo, pienso que flaco favor hemos hecho a estas generaciones con darles todo que nosotros no teníamos.
Saludos