Valencia de Alcántara - Caceres

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De verdad??.

Que de cosas !!

Muchos quisiera yo.

Veo que te ha gustado mi mensaje, marmita. No te preocupes, más pronto o más tarde te dedicaré uno similar.

Pos a mí me gustó la explicación

¿Cuántas veces te han mordido y te has llenado de emociones negativas? Seguro que muchas veces. Pero la pregunta es: ¿te has convertido tú también en vampiro emocional después de ello?

Los llamados “vampiros emocionales”, según dice la Inteligencia Emocional, son personas que acarrean una carga de negatividad de la cual no saben desprenderse y por eso, van impregnando a otros de ella. Quizá por un intento subconsciente de eliminar esa carga, o quizá porque cuanto peor se sienten, más necesitan hacer que todo a su alrededor sea aún más negativo. En cualquier caso, su actitud y su mal hacer, es inconsciente, por eso es tan difícil hacerles ver lo que están haciendo. Y en algunos casos, aunque en minoría, son conscientes de ello, pero quieren continuar del mismo modo porque se sienten tan mal consigo mismos que están enfadados con el resto del mundo y no quieren que lo negativo desaparezca.

Seguramente conoces a alguno. Son esas personas que descargan sobre ti todos sus problemas, bien con actitud de víctima-manipulador, bien de intimidador-manipulador, y se desahogan contigo para luego marcharse y dejarte sin energías. Y seguramente también conoces la sensación de debilidad que provocan en ti.

La otra noche, en el programa Cuarto Milenio, Iker Jiménez me hizo reflexionar sobre algo que considero muy importante. Dijo algo así como que él había sido mordido por vampiros emocionales muchas veces, pero siempre había elegido no convertirse en uno de ellos. Por eso, este artículo no es para hablar de los vampiros emocionales que te dañan a ti, sino para que reflexiones sobre si alguna vez te has convertido en uno de ellos tras su mordisco.

Somos humanos, tenemos emociones, muchas veces descontroladas, y lo filtramos todo a través de ellas. Por eso, no sería extraño si alguna vez te has convertido tú también en vampiro y has actuado de la misma manera que quien te ha mordido, es decir, devolviendo la negatividad de la que te han impregnado. Cada vez que reaccionas de una forma peor, más agresiva, o más nociva, que la actitud del otro que te ha provocado, estás asumiendo tu condición de vampiro emocional. Si alguien te ataca y tú le devuelves el ataque, estás siendo un vampiro. Si alguien te provoca y tú aceptas su provocación, estás siendo un vampiro. Si alguien consigue llenarte de rabia, envidia, ira, o malestar, y tú te llevas todo esto para echárselo encima después a otro, estás siendo un vampiro.

Ya sabes cómo se transmite el vampirismo, no necesitas que te lo explique. Y lo cierto es que es fácil vampirizar a alguien. El otro día, iba en el coche, quería aparcar y encontré un sitio, así que puse el intermitente y esperé mientras el otro coche salía. Detrás de mí, había un motorista que, de repente, empezó a hacerme gestos con los brazos, demostrando estar muy enfadado y empezó a exigirme una explicación. Tanto se molestó que me adelantó por la derecha, exponiéndonos a todos a un riesgo innecesario. Si el coche que estaba aparcado hubiese salido en ese mismo momento, o yo hubiese intentado aparcar cuando él pasaba, habría habido un grave accidente. Y aunque, no ocurrió nada que hubiese que lamentar y a pesar de que yo estaba actuando según manda la ley del conductor, el motorista-vampiro consiguió hacerme sentir como si yo estuviese haciendo algo malo al querer ocupar la plaza de aparcamiento. Y durante un rato continué sintiéndome mal, a pesar de saber que era él quien actuaba negativamente sin razón alguna. Hasta que me negué a aceptar sentirme vampirizada.

Y es que, es tremendamente fácil transmitir emociones. Por eso lloramos cuando vemos llorar a otro, o reímos cuando escuchamos risas, o nos llenamos de ira cuando alguien nos ataca. Lo bueno: Es igual de fácil trasmitir emociones positivas. Y cuando me llegan estas, entonces sí que estoy dispuesta a convertirme en vampiro emocional y contagiar al mundo con mi alegría.