Valencia de Alcántara - Caceres

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Otro pegado:

Cuentan que había dos monjes que iban hacia un monasterio que se encontraba a varios días de camino. Conforme iban avanzando se encontraron un río que era algo difícil de cruzar, junto a él se encontraba una mujer de la vida galante, una prostituta.

Se acercaron y, pues obviamente, al ser mujer, tenía menos probabilidades de resistir a las fuertes corrientes del agua. Los dos monjes se abocaron a cruzar, sin embargo, uno de ellos se giró y le dijo a la dama:

¿Quiere que le ayude a cruzar el río?

El otro, se ofendió y le dijo: ¿Cómo es posible que le ofrezcas a una mujer de la vida galante cruzarla si nosotros estamos entregados al celibato?

El otro monje no hizo caso a las recomendaciones de su compañero. La tomó en sus brazos y le ayudó a cruzar el río. La mujer le agradeció, él aceptó el agradecimiento y siguieron avanzando.

Conforme siguieron avanzando los dos monjes, el monje que se había visto ofendido siguió reclamando y le preguntó: Pero ¿cómo es posible que hayas tocada a esa mujer?

Y el otro monje no le contestaba nada. Siguieron avanzando y al rato de un par de horas siguió con el tema: Pero ¿cómo es posible que hayas manchado tus manos con el pecado? Si nosotros estamos entregados a los pensamientos que no sean pecaminosos.

Y el otro monje siguió sin contestar nada. Siguieron avanzando y una y otra vez, el monje seguía y seguía preguntando: Pero ¿cómo es posible que te hayas atrevido a hacer eso? Nosotros que somos hombres entregados al celibato que no podemos tener malos pensamiento y tú cargaste a una mujer de la vida galante.

Y el otro monje seguía sin responder. Cuando llegaron a las puertas del monasterio, volvió una vez más: Pero de verdad es que no entiendo, ¿cómo te atreviste a cruzar a esa mujer?

El otro monje contestó y le dijo: ¡Mira! Yo tomé a la mujer en mis brazos, es cierto. La ayudé a cruzar el río pero del otro lado del río yo ahí la dejé.

Tú sin embargo, te la trajiste cargando hasta el monasterio.

¿Qué situaciones de tu vida estás cargando innecesariamente y aún te resistes a soltar? ¿Cuáles son tus lastres?

En el libro de Jorge Bucay titulado "Dejame que te cuente" está el relato muy parecido, pero la mujer en el cuento( si no recuerdo mal) se estaba ahogando,el monje finalmente le responde al lama joven: - Yo la he cargado una sola vez ,pero tú la estarás cargando toda tu vida.
Son cuentos que emocionan y ayudan.

Saludos

También hay que dar de comer al alma ¿no?

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Dejéle mamá que duerma
que en vez de adormecido
parecíera que esté muerto.

Perdón me ha salido sin querer...queriendo.