Torrecilla de los Ángeles - Caceres

Tengo que decir nunca he sido un cazador cinegético ni maté jamás un conejo o liebre co la escopeta,aunque si diria lo hice algunas mañanas temprano con mi coche cuando estos animalitos insconcientemente se metian bajo las ruedas del mismo.Lo detenia,y con la sdatisfación de cazar sin escopeta,me acercaba y recogia no sin antes decirle que no lo hubiera querido hacer,pero él con sus prisas ha sido el causante.Cuando llegaba de regreso a casa,se lo ofrecia a mi mujer como el mejor trofeo de la jornada.Ella me lo condimentaba a su manera,que no lo hacia muy mal que digamos,y con ello de vez en cuano comiamos algún conejo sin tenerlo que comprar.
Todo esto me sucedió ya con una cierta madurez,después de haberme puesto a trabajar y con el sacrificio y el pago a plazos del vehiculo que me compré.

Muchos años antes,cuando era un muchacho de los de tantos del pueblo,y como algo usual en las costumbres de entonces,solia entretenerme buscando lagartos en las horas de más calor.Todos sabemos,que el lagarto pasa todo el invierno amodorrado sin comer ni dar señales de vida,cosa que los demás también lo quisiéramos y quizás el sueldo nos daria para algo más.Tenemos esa desgracia como tantas otras,por lo que no hay que acobardarse.

Era tio Tino el herrero del pueblo quién nos facilitaba el armamento para estos menesteres,que diré no eran explosivo y a nadie asustabanNo habia que pedir licencia alguna,ni para su fabricación ni para su uso sin excepción.Con uno solo baqstaba para la temporada y las siguientes porque su mantenimiento se reducia a guardarlo en algún sitio para que cel próximo año te acordaras.
Mientras ibas recorriendo el campo por unos sitios y otros,venia la sorpresa,salia cde cualquier parte un animalito vestido todo de verde con unos grandes mofletes como cuando una muela te ha hecho pasar malas noches.Sin decirte donde iba,se metia en el agujero mas cercano que encontraba hayendo del enemigo.Era el momento supremo de la faena,sacabas el armamento que tio Tino con tan buen hacer te habia suministrado,y alli me tienes sacandi piedra tras piedra de aquella pareded hasta que el muy desgraciado nos enseñaba la ropa.Muerto de miedo aunque no se si temblando,se acurrucaba cuanto podia para recibir finalmente una estocada sin medida,es decir,dirigida sin miramiento alguno.Preso de aquel garfio,te lo ibas acercando para darle cristiana muerte,que seguidamente desnudabas y podias apreciar una carne blanquecina que después frito o asado estaba bastante sabrocito.No puedo negar que disfrutaba con ello,ver como se escabullian y despues buscarlos y darle la estocada.Tal vez hoy,que parece ser los animales se valoran más que las personas,no faltará quién mi llame mala persona,inhumano,irracional o sabe Dios cuántas cosas.

Francamente,de lo unico que me siento avergonzado,es de cuantos portillos provoqué a tantos propietarios que le robaron un tiempo en volver a rehacer.A todos pido perdón por ello,y que comprendan fueron cosas de juventud.

Me gustaria volver a sacar lagartos,aunque para ello tuviera que sacar la licencia,pero soy consciente de que lagartos no cogeré jamás.


jacinto.P.

Mira que matar lagartos....
Ya te vale,con lo tranquilitos que estaban tomando el Sol.
Pero tambien hay que decir que estan muy buenos.