Como tantas otras veces. Una tarde de primavera apacible y radiante, yo fui a las eras con ella como hiciera otras veces. Al sitio que todas ellas teniamos para sentarnos, lo hicimos una vez m嫳 y alli pasamos el rato. Cuando menos lo esperamos ni podiamos imaginar, se nos presenta un muchacho con una pinta infernal. Era el nieto tio Jacobo el m嫳 pobre del lugar, a pedirnos demos algo si se lo podemos dar. A sabienda la pobreza 廥te ni隳 padecia, 嶰ho la mano al bolsillo para ver lo que tenia. No era mucho que digamos pu廥 a mi tampoco sobra, pero si le pude dar lo que llaman perra gorda. Alguno tal vez se ria de que hable perra gorda, porque seguro que ignora lo que con ella se compra. Tal vez ma鎙na te cuente el valor de una peseta, que con pocas de las mismas a muchas partes se llega. Con veinticinco pesetas porque no me daban m嫳, yo me pasaba las fiestas principales del lugar. jacintoP. |