Talayuela - Caceres

Son las siete de la mañana y mi despertador vuelve a sonar. Soy consciente de que un dia duro me espera pero más duro es aún si toca pasar la mayor parte del tiempo acompañado por una serie de personas que hacen que te sientas realmente mal a su lado; son los marroquies. Llega la hora de ir a trabajar y alli están, con su explendido holor y sus agilidugdmgjdfkggadielsl, malditos malnacidos cuando dejaran el dialecto ese tan odioso y hablaran castellano... Espero que no nos obliguen a los talayuelanos a hablar arabe porque seria lo penultimo.
Son las diez y hora del bocadillo... como buenos religiosos no comen ni carne de cerdo ni beben alcohol... no no, ni yo tampoco.
Han llegado la s 12 y dejo de trabajar, atravieso Talayuela y no veo un solo talayuelano, solo marroquies, que bien.
Tres de la tarde y voy a la piscina(jejejejejejejejejejejeje), si miras muy atentamente el corte del agua con el borde de la piscina, puedes observar gran cantidad de virus y germenes revoloteando por los alrededores;¿Por que será? Mejor me marcho a Navalmoral que vale 1,20 (tampoco cuesta dinero el alquiler de pistas deportivas) y no me agarro la sifilis; y es que... ya han conseguido ustedes que me marche del pueblo otra vez. Por si aun te queda un poco de esperanza vas a la pista municipal a ver algun partidillo intersente(lo de interesante es broma) y puedes ver a cuatro españoles acompañados por seiscientos hooligans inmigrantes magrevies kalagüis huelemal con sed de violencia; es vergonzoso sus majestades que me tenga que volver a mi casa.
Otro dia más en Talayuela; aunque por lo menos me acuesto con la conciencia tranquila de que no estoy engañando a nadie.


Estoy convencido de que Dios pone a cada cual en el lugar que se merece.