Santibáñez el Bajo - Caceres

El pasado 1 de agosto falleció un joven cogido por un toro en los encierros nocturnos de Fuentesauco (Zamora), el pueblo de donde es natural el alcalde de Santibáñez. ¡Menudo drama para la familia! Ya van varios muertos por asta de toro en los encierros que se han celebrado este año en este país que aún conserva costumbres tan primitivas y tan bárbaras, que han sido criticadas y denunciadas por grandes personalidades. Don Gregorio Marañón, insigne científico y médico decía que "España es el pueblo que ha tenido más guerras civiles debido a la influencia funesta de la fiesta de los toros". La poetisa extremeña Carolina Coronado afirmaba: "no me parece comprensible que una sociedad que pretende ser humanista y moderna siga regocijándose con un rito tan bárbaro". El filósofo católico Jaime Balmes decía que "las fiestas de toros son indignas de un pueblo civilizado. Son fiestas reprensible, bárbaras y dignas de ser extirpadas". Recientemente, el gran novelista Miguel Delibes significaba que "tales espectáculos son un suplicio paulatino y repugnante". El gran naturalista Félix Rodríguez de la Fuente opinaba que tales fiestas "son la máxima exaltación de la agresividad humana". Se podrían traer más citas, donde gente de todos los colores, de todo el arco iris político y de todas las confesiones critican razonadamente las fiestas taurinas. Hace muy poco, ciertas asociaciones castellanas han denunciado en el tribunal de Estrasburgo a los organizadores de algunas de estas fiestas, en las que ha habido alguna desgracia humana. Parece ser que la denuncia ha prosperado. Que estén al loro los organizadores de tales eventos en nuestro pueblo, pues si sucede alguna tragedia, después todo son tocatambores, y si no, al tiempo.