Santibáñez el Bajo - Caceres

Este articulo de opinión es de FELIX BARROSO GUTIERREZ,que en el día de hoy 12/6/2016,a salido publicado en EXTREMADURA PROGRESISTA o DIGITAL EXTREMADURA

Entre 1939 y 1945, en el lugar se sucedieron seis alcaldes de vara: no tocaron ni a uno por año. Puede que no dieran la talla, y no la física. O puede que no le cayeran bien al señor Gobernador Civil, que era quién los nombraba. Tiempos de férrea, opaca y terrorífica dictadura, atiborrada de colmillos draculianos que chorreaban sangre a todas horas. Por el pueblo, se desempolvó aquel viejo dicho: “-¿Quién manda en el pueblu? –Tellu. -¡Poh asín va ellu!”. Uno de los alcaldes de ordeno y mando fue Jacinto García Gutiérrez, al que le decían Ti Jacintu “El Canu”. Fue nombrado el 4 de junio de 1941. Llegó el tiempo de “partil la jesa”: dividirla en varias suertes, de las que correspondían tres a cada familia de la población, a fin de practicar en ellas la siembra de cereales.

El vecino Pablo Alfonso Corrales había desembarcado en este achatado planeta cuando también lo hacía Stan Laurel “El Flaco”, el actor británico integrante del archifamosísimo dúo “El Gordo y el Flaco”. Se conmemoraba a San Ferreol y a San Ferrucio y el almanaque marcaba el 16 de junio de 1890. No abultaba mucho Ti Pablu “El Partiol”, también conocido por Ti Pablinu, pero por lo visto era más listo que el hambre. De oficio, labrador, pero con gran inteligencia innata, lector empedernido y un lince para los asuntos matemáticos. Además, amante del buen vino, y si no lo había de éste, no le hacía ascos al morapio peleón. Era hijo de Ti Ramón Alfonso Floriano y de Ti Mónica Corrales Jiménez. Aquel año de 1941 cumplía el medio siglo. Era tenido por una persona que conocía la dehesa boyal y comunal con los ojos cerrados. Nadie como él para hacer los lotes y adjudicarlos con precisión matemática para la siembra. Pero aquel año quiso ser el propio alcalde (no sabemos con qué fines) el que, acompañado por dos de sus machacas, realizara la partición. El resultado fue todo un desafuero y todo un despropósito, lo que suscitó las iras del vecindario. Hasta le sacaron cantares al regidor: “Ti Jacintu eh el alcaldi,/ha mandau partil la jesa;/s,ha metíu a mechuleru/y no le salin lah cuéntah”. “¡Ay, Jacintu, ay, Jacintu,/de treh pártih jidu máh de cincu!./¡Ay, Ti Pablu, ay, Ti Pablu,/que el conviti s,ehcapa ehti añu!”.

Ciertamente, el nieto paterno de Ti Roque Alfonso Caletrío y de Ti María Floriano Montero se quedó sin el convite, donde corría mucho el vino, y sin algunos reales que pagaba el Ayuntamiento a los “partiórih”. Pero el alcalde no duró ni un año en su puesto, siendo destituido el 8 de mayo de 1942. Ti Pablo, después del cese, se reía por las tabernas, a las que solía frecuentar tal vez más de la cuenta: “El que se meti a mechuleru, en la calli lo quean en cuéruh. ¿Si no sabin mandal en el pueblu, pa qué cóñuh acehtan el cargu?” Y seguía su perorata: “Loh que na,máh jadin que mechuleal bien sea en un cachu pueblu o lo que eh peol, en la nación entera, moh llevan a tóh al dehpeñaeru. Yo no digu que Ti Jacintu se juera a aprovechal de lah pártih y juera un avariciosu, que pa esu ehtán loh marimandónih d,arriba, anque tamién, a vécih, loh d,abaju si andan alreol de la miel tamién se chupan loh déuh, peru pa ellu hay que sel un rahtreru, tenel el ehtómagu mu grandi y no tenel ehcrúpuluh nengúnuh”.

Ya se van perdiendo muchas voces antiguas, procedentes del habla astur-leonés de la zona. Se pierde identidad lingüística porque la globalización y los medios de comunicación de masas homogenizan y uniforman hasta los vientos que heredamos de nuestros mayores. No obstante, todavía se oye con cierta frecuencia lo de “mechuleru” y “mezucón”, que para el caso es lo mismo: persona que, sin tener cualidades ni dotes para ello, se mete a dirigir la orquesta y todas las notas salen desafinadas. O que es un alcucero en el sentido negativo de la palabra: alguien que le gusta golosear en lo que no es suyo. ¿Acaso no estáis viendo, queridos lectores de esta heterodoxa columna, en estos días a muchos que se suban a las tribunas y os martillean los oídos con todo tipo de “mechulerías”? Porque en este hispano Retablo de las maravillas hemos tenido “mechuleros” para dar y tomar. Y todavía siguen algunos, aunque en funciones. He ahí a ministros con muchos intereses en el comercio de armas pidiendo que los niños se vistan de militares y se familiaricen con las metralletas, tal que si fuesen cachorros de la extremista y estadounidense “National Rifle Association” (¡ay de los niños soldados!). Otros que se camuflan detrás de un ángel llamado Marcelo y condecoran no solo a periodistas de su cuerda sino también a vírgenes y santas, y para mayor escarnio de las libertades, ponen en circulación la franco-fascista “Ley Mordaza” (capaz que me denuncien por decir esto, pero no me callarán). A éste no le quede a la zaga aquella otra que también se encomienda a su virgen del Rocío para que saque a España de este lodazal. ¿Y qué decir del que se sacó de la manga lo de la amnistía fiscal, o de aquel de más allá, que recientemente ha sido calificado por la prensa internacional como “el peor ministro de Economía de Europa” y que parece un lorito con aquello de “España va bien”? No se salva ni uno.

El director de la orquesta, don Mariano Rajoy Brey, moviendo con desgana la batuta y con la negra sombra del que fuera su íntimo, Luis Bárcenas, encaramándose encima de sus espaldas a la vuelta de cada esquina. Se suben a las tribunas y nos prometen y nos mienten más que valen. Y todos ellos gritando “¡qué viene el lobo!”, “¡que se aproxima el contubernio masónico y judeo-comunista!”. Les tiemblan los fofos gemelos de sus piernas nada más pensar en la coalición Unidos Podemos. El conocido economista Vicenç Navarro lo ha dicho con claridad más que diáfana: “Los grandes centros de poder financiero y económico se sienten amenazados por Unidos Podemos y temen perder sus privilegios. De ahí que movilicen sus instrumentos políticos y mediáticos para detener a dicha coalición”.

No han sido buenos partidores esta camada de compadres del PP. A ellos les trae al pairo la justicia distributiva. Distan años luz de parecerse a la noble y honesta figura del nieto materno de Ti Ramón Corrales Martín y de Ti María Dolores Jiménez Barroso. Los muy indecentes, anegados por la corrupción que enfanga a su partido, el PP, solo tienen buen arte para repartirse entre ellos todas y cada una de las partes. Si tuvieran el mínimo pudor, dejarían de meterse a “mechuleros” y no treparían a las tribunas mitineras. ¡Pero que van a tenerlo! Individuos que exclaman que “las camas son importantes en hoteles y no tanto en los hospitales” (Jesús Vázquez Almuciña, consejero de Sanidad de la Xunta de Galicia, dixit), no pueden ser decentes en la vida. Sujetos que suben a las redes sociales vídeos que se refieren a disturbios en El Congo, tal como ha hecho Pablo Casado Blanco, vicesecretario de Comunicación del PP, y colocan debajo de las imágenes aquello de “Me manda esto un amigo de Venezuela: el pueblo se enfrenta a la policía chavista pidiendo comida. No Podemos tolerarlo”; sujetos como éste niño bien, que pretende darle un mamporro a Podemos mediante unas imágenes falsificadas, carece de la menor credibilidad. Y así, y así, y así…, y así suma y sigue. Todos los días nos levantamos con “mechuleros” escupiendo mentiras por sus bocas y haciéndonos comulgar con ruedas de molinos. O chorreando escurrajas desde sus cabezas a sus pies. De otros que tal bailan también habría que sacarles sus vergüenzas, pero tiempo al tiempo, que bien dice el refrán que “hay más días que ollas y gallinas gordas”.

No tienen vergüenza y, por ello, se arrogan hasta la creación de miles de puestos de trabajo, cuando lo único que han hecho es precarizar y destrozar el que antes había. Puestos estables y que permitían vivir a los trabajadores han sido atomizados en mil cachos y esos mil pedazos infrahumanos los consideran como una conquista, cuando están lastrados por la precariedad y por salarios tercermundistas, de miseria. Mezucones que golosean la Seguridad Social, de cuyo Fondo de Reserva de las Pensiones, según ciertos medios internacionales, se está usando hasta el 97,4%, poniendo en el mercado deuda soberana y comprándola el propio Estado. Todo sea por pagar la deuda pública y los desfalcos de la banca. Lo malo no es que no sepan mandar, sino que usen el poder en su beneficio, amedrentando, a su vez, a los aldeanos desinformados, que, como me decían hace cuatro días en un pequeño pueblo del norte cacereño, ellos, los paisanos, jamás votarán a Podemos porque le tienen pero que muy bien advertido que “ésa eh genti mala, que son venezolánuh que se quierin apoderal de Ehpaña y que lo únicu que buhcan eh que ehtalli la Tercera Guerra Mundial”. ¡Espantoso!

A Ti Pablo “El Partiol” no le habrían embaucado los “mechuléruh”, porque él no pertenecía al gremio de los rastreros, de los que tenían el estómago muy grande y carecían de escrúpulos. Ni jamás metió ni untó los dedos en los pellejos de miel que no eran suyos. Además, como incansable lector, estaba muy bien informado y no había dios que le vendiera motos averiadas. Pero Ti Pablino sucumbió ante un trastorno inmunitario y genético, que le ponía la tensión por las nubes y el cuerpo se le volvía edematoso. Una nefropatía membranosa se lo llevó un 26 de diciembre de 1955. El reloj de la torre del Ayuntamiento marcaba las diez de la mañana. Era lunes y la Iglesia festejaba a San Zósimo y San Arquelao. No sabemos qué tonada podremos cantar nosotros, gente de a pie, el próximo 26 del último mes del año, cuando se cumple el LI aniversario de la muerte de nuestro paisano. Todo depende de que abran los ojos los que solo ven venezolanos y guerras mundiales amenazándoles con sus sangres y sus pólvoras. A ti, “Cabello de fuego”, la que andas levantando barricadas por la antigua Villa y Tierra de Trujillo, te corresponde arengar a tu gente, que, por extensión, es toda la de Extremadura. Pero de tu bandera, flameada con garbo a los cuatro vientos, ya hablaremos en el próximo capítulo.

Buenas noches.