Santibáñez el Bajo - Caceres

Esta opinión sobre los muchachos de Santibañez de Felix Barroso la podéis encontrar en"DIGITAL EXTREMADURA"dentro de la sección "CULTURA"

Félix Barroso Gutiérrez.- Tierras de Granadilla.Martes, 13 mayo 2014.

El conocido cantautor y profesor Miguel Ángel Gómez Naharro, hijo del pueblo cacereño de Casas de Miravete y residente en Mérida, ha musicalizado y registrado en la Sociedad General de Autores y Editores, incluyéndolo en su repertorio, un antiguo romance donde se elogian las hazañas de la cuadrilla conocida como “Los Muchachos de Santibáñez”. Este romance fue recitado por unos vecinos de la localidad de La Oliva de Plasencia, que lo habían escuchado muchas veces, en los seranos invernales, a generaciones anteriores, pasando a formar parte de la tradición oral.

Esta cuadrilla de “Los Muchachos de Santibáñez” recibió tal nombre por ser la mayor parte de sus integrantes del pueblo de Santibáñez el Bajo, en la comarca cacereña de Tierras de Granadilla. Los tres principales cabecillas, conocidos por “Los Tres Migueles” (Miguel Caletrío, Miguel Dosado y Miguel Gutiérrez), eran de tal lugar. La mayor parte de ellos habían sido guerrilleros en la Guerra de la Independencia; algunos incluso condecorados por sus hazañas contra la francesada. Influidos ideológicamente por el llamado “Cura Moro” (José Montero y Montero, exclérigo, hijo también de Santibáñez y perteneciente al sector más progresista y radical en las Cortes de Cádiz), pasaron a la historia oficial absolutista y borbónica como unos depravados bandoleros. Pero la realidad es que era una partida antiabsolutista, antimonárquica, anticaciquil y con un ideario social muy avanzado, lo que les ha valido ser considerados por algunos estudiosos e investigadores como los “primeros anarquistas extremeños”. La partida trajo en jaque a las tropas absolutistas del borbón Fernando VII durante varios, dando sonados golpes. Cuando se desarticuló la partida, cayó una terrorífica represión sobre el lugar de Santibáñez el Bajo, siendo encausados 111 vecinos, y otros pueblos del norte cacereño. Condenas a garrote vil, fusilamientos, descuartizamientos de los cadáveres y exposición a la vista pública, confinamientos a los penales del norte de África y a las cáceles de Granadilla, Galisteo, Coria y Plasencia, destierros y fuertes multas de dinero cayeron sobre quienes se habían atrevido a discrepar de la tiranía absolutista. Toda una sepulcral losa que candó las bocas de los vecinos, temerosos a la hora de contar esa parte de su historia.

La tradición oral ha dejado, en sus romances y pliegos de cordel, dos maneras contrapuestas de narrar aquellos hechos: la que se refiere a Los Muchachos de Santibáñez como el compendio de los más repugnantes males, tachándolos de asesinos sin piedad, y la que ensalza sus figuras y sus gestas. Algo así le pasaría, posteriormente, al maquis o guerrilla antifranquista, al que la dictadura de Franco presentaba como bandoleros sin Dios y sin Patria, pero gran parte del pueblo llano los consideraba como unos héroes que, fieles a la República, intentaban derrocar tal régimen dictatorial. En la comarca de Las Hurdes todavía hay gente, ya entrada en años, que canta esas legendarias coplas, que narran, a veces con gran tremendismo, las venturas y desventuras de aquella cuadrilla.

Buenas noches.