Os invitamos a leer este testimonio. Os invitamos a leer este testimonio de una chica joven enviado a un alto cargo y representante político y su contestación fue esta. Este testimonio podía ser de cualquier joven españ@l que tienes sus problemas en su propio país llamado España y tiene que tomar una dura decisión sobre el exilio económico que está afectando a tantos compatriotas nuestros. “Mi nombre es María y tengo 33 años. Dentro de dos días me voy de España junto a mi hija y mi pareja. Aquí no encontramos trabajo. Emigramos como lo hicieron mis abuelos. Preparo el equipaje con mejor formación que la que tuvieron ellos, pero creo que llevamos su misma esperanza -la de los desesperados- y el mismo nudo en el estómago. Sé que no somos los únicos, pero me gustaría que al menos fuésemos los últimos. Es un deseo que quiero extender a toda mi generación por el bien de nuestra sociedad. Por favor haz algo, haced algo. Tiene que haber algo que pueda hacerse para frenar el exilio económico”. 2-. Copio y pego mi respuesta: “Hola María, Gracias por tu correo. Tienes mi palabra de que lucharé por tu causa. Te prometo que voy a plantearlo en la dirección del partido y del grupo parlamentario y que no voy a parar de hablar con cada compañera y cada compañero que haga falta hasta convencer a todo el Partido de que este es un asunto de primer orden. Y para que pensemos soluciones entre tod@s. Estoy completamente de acuerdo en que “tiene que haber algo que pueda hacerse”. El gobierno está cerrando las puertas de la formación y el empleo a la juventud, cuando resulta evidente que vuestra generación necesita salidas que no consistan en cruzar la frontera. Y es verdad que estamos impulsando iniciativas muy concretas en educación y para el empleo; acciones frente a todas las formas de precariedad. Sin embargo, después de leerte estoy segura de que debemos conectarlas a un propósito común. Hay que abrir caminos aquí, hay que frenar el “exilio económico”. Porque el futuro no espera y se nos está marchando del país. Suerte, María, mucha suerte. Un beso. |