Santiago del Campo - Caceres

1. Estimado LECTOR, Aprenda que: "Haber" es un verbo, "A ver" es mirar, "haver" no existe. "Hay" es haber, "Ahí" es un lugar, "Ay" es una exclamación y "ahy" no existe. "Haya" es haber, "Halla" es encontrar, "Allá" es un lugar y "Haiga" no existe. "Iba" es de ir, "IVA" es un impuesto e "Hiba" no existe. "Vaya" es de ir, "Valla" es una cerca y "Baya" es un fruto.

Amigo Manolo 60, "Haiga" es un coche grandote y lujoso.

Que `paséis unos felices díassemanasanteros. Saludos.

Borrado por su Autor.

Muy agudo oportuno y cierto, amigo CERRO DE LAS VACAS.

Recuerdo cuando éramos pequeño y pasaba un vehículo de grandes dimensiones que solíamos decir aquello de: ha pasado un coche y por lo grande que era creo que era un haiga. No estoy en lo seguro si por aquella carretera y en aquellos tiempos llegó a pasar alguno, pero cierto era que nosotros lo decíamos.

Bueno, pues corregimos y lo quedamos de la siguiente manera:

1. Estimado LECTOR, Aprenda que: "Haber" es un verbo, "A ver" es mirar, "haver" no existe. "Hay" es haber, "Ahí" es un lugar, "Ay" es una exclamación y "ahy" no existe. "Haya" es haber, "Halla" es encontrar, "Allá" es un lugar y "Haiga"es un coche. "Iba" es de ir, "IVA" es un impuesto e "Hiba" no existe. "Vaya" es de ir, "Valla" es una cerca y "Baya" es un fruto..

Origen del nombre de “haiga” a estos automóviles de grandes dimensiones.

La emigración ESPAÑOLA a Hispanoamérica tuvo lugar en diferentes épocas y con diferentes destinos preferentes: Cuba antes de la Guerra Civil, Argentina y México tras la misma, Santo Domingo o Venezuela en los años sesenta.


Estos últimos emigrantes indianos, en sus viajes de vuelta, bien definitiva o vacacional, gustaban de alardear de lo bien que les habían ido las cosas.

Y claro, la mejor manera era traerse o comprarse un coche lo más ostentoso posible.

Se veían entonces grandes coches de estilo americano como los Dodge o los Barreiros (creo que esa marca española no los fabricaba realmente, sino que simplemente ponía su marca y distribuía modelos americanos) que llamaban poderosamente la atención en una España recién incorporada a la motorización.


Enormes cacharros de color dorado que consumían ingentes cantidades de gasolina mientras se movían torpemente por nuestras carreteras debido a su anchura y longitud. Y todo ello con unas prestaciones modestas y una habitabilidad ridícula en comparación a su tamaño.

¿Importaba algo de esto? Naturalmente que no. Lo que contaba era presumir, pura apariencia.


La socarronería popular bautizó a esos coches como los “aiga”, y ese es el nombre por el que se los conoció a todos, independientemente de la marca o el modelo. Todos eran, simplemente, un “aiga”.

¿La razón del nombre? Se decía que los indianos, con más dinero que cultura, iban al concesionario y, preguntados por sus preferencias en materia de coches, contestaban: “Quiero el más grande que haiga”

Recibe un fuerte abrazo igual que el resto de los foreros.