Santiago del Campo - Caceres

REFLEXION DE UN IGNORANTE

Si la crisis del pepino fue un canto al alarmismo y a los palos de ciego, ¿Cómo podemos confiar en que las mismas autoridades alemanas que no sabían distinguir entre pepinos y sojas, sepan valorar y proponer soluciones óptimas a la situación actual? Hasta tal punto que a día de hoy, no hallo a nadie que sepa decirme en qué quedó la crisis del pepino, pero que pagarla la pagamos nosotros. Ocurre lo mismo si uno pregunta sobre los orígenes de la crisis.

Hay mil versiones y claro, sin saber el origen ¿cómo podemos saber la solución? Por lo visto toma ventaja la solución de repartir mandobles a los funcionarios, esos privilegiados. Le sigue de cerca el despido libre de esos trabajadores que tienen la manía de cobrar a fin de mes, y muy de lejos, tanto que aún nadie le ve la cabeza , estaría la de acabar con los paraísos fiscales.

De subir impuestos al capital ni hablar. ¿Cómo van los adinerados a perder poder adquisitivo? Eso es algo que sólo soportan los de la clase media y baja, que ya están genéticamente seleccionados para aguantar lo que le echen. Alemania y su banca no ha logrado más que hundir a Grecia en tiempo record aplicándole las mismas recetas que nos quieren aplicar al resto: palos de ciego. Yo tengo otra solución: condonar la deuda y que pierdan los especuladores. O pierden ellos o perdemos los de siempre.

Seguramente con esta historia habré hecho un brindis al sol; sin embargo, creo que todos debemos estar muy atento y evitar el ataque de la bestia.

cuanta razon tienes manuel 60 !!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!