Santiago del Campo - Caceres

LES LLAMAMAN “LAS HUEVERAS”

Fueron muy malos los años aquellos a los que se refiere Manuel 60, cuando hace mención especial a la bravura y casta de las mujeres de aquella época, careciendo de todas las necesidades básicas para llevar una familia y una casa.

Y si las familias al completo (padres e hijos), lo pasaban mal; como lo pasarían las madres viudas con cuatro o cinco hijos generalmente pequeños; me estoy refiriendo a una figura peculiar de aquellos años en nuestro querido Santiago “LAS HUEVERAS”.

Tuve el honor de conocer a varias de ellas; ahora que recuerdo jamás he conocido mujeres tan valientes, sacrificadas, honestas y con tanto temperamento para sobrellevar las malditas penurias de aquella época.

Normal era ver por los caminos llenos de polvo en los meses de siega y recolección, algunas de estas mujeres andando precedidas de su burriquillo, buscando la cuadrilla de segadores para coger las espigas caídas, llenar el morral y regresar a su domicilio.

También era normal encontrarse con ellas en el camino del Casar de Cáceres con dirección a la Capital, llevando para vender o cambiar huevos, espárragos, criadillas, cardillos y otros productos del pueblo y que tanto gustaban en Cáceres.

Siempre andando con su burriquillo, caminatas de 25 Kms ida y 25 vuelta, sin mirar hacía atrás siempre hacía adelante, no había tiempo para descansar. Había que vender lo que llevaban y comprar, principalmente pescados (sardinas, chicharrillos y algo de fruta), regresar para vender en el pueblo, en Hinojal, Talaván, donde fuese, esa era la manera de mantener a sus hijos no había donde elegir , sacrificio y más sacrificio una y ciento de veces.

Cuantas y cuantas veces fueron empapadas de agua por la climatología y secados sus atuendos sin cambiarse, cuanto y cuanto miedo pasarían por aquellos caminos y veredas de noche, sin que nadie las defendiera de sus temores.

Prestaban un servicio por entonces valiosísimo y no remunerado a la gente del pueblo, llevando recados y encargos (medicinas, ropas, comidas etc). Siempre dispuestas hacer favores a todos.

Se que al nombrarlas alguna de estas mujeres CORAJES, las omitiré, perdón por hacerlo. Tia UVE, Tía María La Tórtola, Tia Isabel Aleja (Tía Anastasia, quien respondía cuando se les preguntaba: ¿Que tal va el negocio?. “Bueno no se gana pero se trapichea” )

Sin que nadie se moleste por favor, quiero hacer aquí un pequeño reconocimiento, A ESTAS BRAVÍSIMAS MUJERES que si por mi fuera lo haría en letras de oro en un gran monumento instalado en el paseo del canal, para que todo el mundo lo viera y se le reconociera su pasado heroico. SIMPLEMENTE “LAS HUEVERAS”

Gracias,agustin por ese homenaje,a estas ¿señoras? que bien se lo merecen,yo creo que en hoy dia, no vivira niguna de ellas,yo tambien conoci algunas de ellas,yo he vivido en la calle del barrio,y estaba ,tia anguelina ,tia martina la lavanda,la mujer de tio pelao, Un gran homenaje para ellas, que pasarian sus penurias, por aquella epoca. Un saludo para todos los paisanos.............................Mª carmen

muchas gracias agustin por ese homenaje a estas mujeres que se se lo merecen bien cuando yo naci ya no habia hueveras pero sabia bien sobre las penurias que habian pasado mi padre me lo contaba muchas veces puesto que mi abuela le toco ser huevera es pero que no se queden en el olvido gracias agustin

Cuanto me alegra, compañero Agustin, volver a leerte.Como siempre, tocándonos "la fibra" con tus magníficos relatos. Sólo me queda darte las gracias y pedirte que no nos dejes nunca.

Un abrazo



raquel

Agustín, Manuel 6o y demás foreros anónimos, todos, todos vuestros escritos y aportaciones son impecables, cada vez que leo algo vuestro, paso el resto del día en un delírio poético.

Las hueveras merecen otro monumento. Sí señor!, pero no todo el mundo podía hacer encargos a las hueveras, que te trajeran sardinas de Cáceres era un lujo que no estaba al alcance de todos.
Pero tirando, tirando del hilo os cuento otras vivencias de supervivencia que también merecerían otro monolito, a este paso, el paseo del canal se quedaría pequeño para albergar tanto recuerdo.

(continúa)

Nuestros padres en vela por la noche, sin querer verbalizar su angústia intentando dar solución al "conflito" que se les avecinaba al día siguiente, "conflito" monetario, claro!!.

El brassero bien apretadito y sin remover demasiado, o "echar otra firma" para que durase más tiempo.

El cuarterón de carne de casa de tia Petra, que repartido no tocábamos a nada.

Los cuatro hierros y herraduras vendidos al chatarrero a cambio de dos globos y tres algarrobas.


Las "pringás" bién rociadas de agua para que no atrapasen todo el aceite, porque no había más.
(continúa)

Las ensaladas de "arregajos", recogidas a las orillas de los regatos.

La pipas bién chupaditas la sal de una en una para que durasen más.

Las revistas de Capitán Trueno, que no las teníamos todos los niños pero que sí las leíamos todos.

La rebanada de pan co la chocolatina alargada, nada de queso ni lomo.

El cerdo de la matanza matarlo casi sin cebar, por haber más pienso.

Café, oh!!!, no tenemos café. Nuestros padres con ceño contrito y mucha imaginación, sacaban un poco de azúcar, la quemaban en la sartén, y poco a poco se iba produciendo el milagro.
(continúa).

Se echaba en el puchero rojo de porcelana desconchado y lleno de parches del hojalatero y al rescoldo de la lumbre o el fogón se iba calentando y dorando nuestro añorado café. Todos éramos cómplices de aquella transformación exultante.

Los 100 gramos de recortes de jamón que nos sabían a gloria.

Los remiendos en la ropa, sábanas y pantalones.

Lavarnos los dientes con bicarbonato.

Aclararnos el pelo con vinagre. Qué brillo!!!

La confección de jerseis y bufandas con recortes de lana y repletos de nudos y colorines.

Pájaros y lagartos fritos.
(continúa)

Los huevos crudos en ayunas con la copita de vino o coñac porque "fortalecían el corazón".(si no tenemos una cirrosis, es puro milagro).Etc, etc,etc.

Fueron años duros, pero la lección de nuestros padre y abuelos, el ejemplo de austeridad, ahorro y respeto, han dejado "poso" el sus hijos y nietos.
Personalmente, en la actualidad, en otra época, y en otro contexto completamente diferente, sigo el ejemplo de mi família querida y lo traslado a mi día a día.

Era muy felíz, y el ruido del pestillo soñado cuando mi padre llegaba fatigado del campo, lo transformaba todo.

Un abrazo para todos.

Ole, ole y ole!!! ¡Qué suerte contar con auténtic@s artistas!
¡Gracias, gracias, gracias!

que bonito y que real, y ahora ¿de que nos podemos quejar? volviendo la vista atrás, solo tanemos verdaderos vicios y aun así, no nos sabemos conformar ¿es, o no es así?

un saludo a todos

Mª Jesús

Mª jesus tienes razon es asi ahora solo tenemos vicios y no nos conformamos con nada

HOla paisanos si me acuerdo cuando nos ivamos aleer el capitan trueno acasa del alejo ninguno lo compravamos pero todos lo leiamos gracias a Alejandro se lo traia tia Isabel que era huevera qye tiempos saludos