Santiago del Campo - Cáceres

RETAZOS DE LA VIDA
En estas tardes típicas frías, de final de enero. El tiempo trascurre lento monótono, se palpa cierta melancolía en el ambiente. Puede ser algo personal.. Como escribió el insigne Gabriel Miró en “Años y leguas.” Nada te altera ya. Estas de vuelta de todo. Tal vez la lluvia que tanto se hace de rogar, sería un aliciente para los sentidos. Pero no hay manera que llueva. Tampoco hay obras públicas, que tanto entretienen al jubilado. Según los graciosos de los chistes gráficos.
Corría el años 1944, y mi pueblo aún soportaba la hambruna de posguerra. Ahí me encontraba yo inmerso como tantos otros, en como llevar algo caliente al estomago. Con ocho años no era una edad para defenderse de tanto desamparo. Había que aguantar el temporal sin rajarse.
No podía emigrar. Pero algunos se buscaban la manera de escapar antes de terminar en una caja
de pino. Fue lo que hizo tio 'Capador' y no se paró a pensarlo. Tenia mujer e hijas. Yo le conocía;
de cuando la fiesta de los toros, en el corral de tio 'Filino' casi uno de estos lo atrapa. Gracias que
se amagó en un pesebre. Tenía dos hijas quizá alguna más. La de mi edad la llamábamos 'Ran ran'. Una niña con unos ojos grandes preciosos. No se el motivo por que estaba rapada. al cero. Esta familia, un amanecer desaparecieron de casa, y pocos o nadie los hecho de menos. Dirección este y
a pie.
En 1970. trabajando ya en Madrid. Aparecí por aquí con un viejo Simca y me fui a pescar por una
charca de la carretera que va a Torrejón, a por tencas. Y había un chico pescando. Hablando
sin prisas, porque las tencas no cooperaban. Le contaba yo que ahí en Monroy tenia yo una tia abuela. Hermana de mi abuelo materno. Él me contó que su madre era de Santiago, mi pueblo.
Me dió nombres y, atando cabos. Llegué a la conclusión de que su madre podía ser esta niña. El
chaval aparentaba poco más de 20 años. Yo pasaría ya de los 4o. Los hechos sucedian así más o menos. La familia cogió el camino hacia Monroy, primer pueblo. Una caminata de unos 24 k.
La pequeña sería un problema; una rémora, no aguantó el camino. Sería la primera parada hacía Cataluña. Alguien se apiadó de la pequeña.¿ Le pediría alguna familia que se la dejaran ? y cuando se establecieran volvieran a buscarla. Es la conclusión a la que llego. La niña se encariñó con estas
personas, y a través del correo verían que estaba bien. El tiempo pasó raudo. Una hermana mayor adoptada por otro matrimonio, con el tiempo se reunió con sus padres también. Creo que por Cataluña. En esa época los contactos entre estos pueblos eran escasos. Estaban muy desconectados y mucha gente no sabían escribir. Las distancias eran insalvables. Entre ir y venir un día entero, con el borrico a este pueblo. Estos dramas te hacen pensar el aguante que tenemos las personas. Podemos ser humanos y lo contrario.
Enero 022. Emilio Rey