Santiago del Campo - Caceres

DEJA QUE TE CUENTE. Corria el año 1936, fecha que determinaron mis padres que apareciera por estos convulsos escenarios. Sin yo pretenderlo. Pero sin acritud. Al contrario: aferrado a la teta
de mi madre como una hambrienta sanguijuela con ganas de comerme el Mundo. Eran tiempos de un peligro latente -no por la guerra- por nuestro atraso secular. Donde las enfermedades infecciosas diezmaban a la población más vulnerables, los lactantes. La insalubridad la falta de agua potable, haría que que este, con una simple diarreas muriera deshidratado.
Los médicos de la época no daban mucho más de sí. Recurríamos a curanderos y prescribían sangre
de oca, solo que estas era imposible localizarlas. Al menos los Galenos te hacían sacar la lengua, y te recetaban un purgante. Los antibióticos no aparecerían hasta pasado los años 50. Por esta sin razón la esperanza de vida no sobrepasaba los 48 años. Según estadísticas.
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Nuestros antepasados seguían con las mismas costumbres arcaicas, por el despoblado páramo
de la agreste llanura cacereña. Ya desde que Alfonso IX Rey de León, empujara a los morisco hacia el sur. Entre 1223 al 1230. y trasladara a nuestros antepasados a los terrenos previamente conquistados. Allá por la baja Edad Media.
Por esta fechas del pasado siglo, que aparecí por aquí. La II República con su corto recorrido se debatía en contradicciones y dificultades. Por sus excesos como el de “Casas viejas” donde serían
fusilados 26 sindicalistas por resistencia a la autoridad. Los atentados en Madrid de un teniente de asalto, y un diputado conservador, bajo el gobierno de la Republica. Fue la gota que haría rebosar el vaso y propicio el 18 de julio.
Primero fue la masacre de la plaza de toros de Badajóz; con el Coronel Yagüe como responsable. Militar de la zona en la toma de esta ciudad, haciendo prisioneros a 2000 según unas fuentes y 4000 según otras. Avanzaba hacia la capital de España ¿que hacer con los retenidos? Ametrallarlos sin más. Este hecho durante la Dictadura sería tabú, huelga decir porqué.
Y una réplica calcada a este caso fue Paracuellos- Madrid. La República evacuaba al gobierno hacia Valencia. ¿que hacer con los detenidos en las 'Checas'? llevarlos a esta ciudad; descartado. Mejor pasarlos por las armas. 25OO entre adolescentes y adultos. Que más da mil más o menos.
Llegamos a estas conclusiones por lo de la Memoria Histórica. Hoy de rabiosa actualidad.
¿Que pretendía el Gobierno de Zapatero,con dicha Ley.? Demostrar que los Fascistas eran el mismo
demonio y ellos Hermanitas de los pobres. Fue un fratricidio por una y otra parte. Aunque los
fachas cargaran con los muerto en las cunetas. Ninguno de los bando esta libres de culpas.
Diga lo que diga dicha memoria, Ahora estos días, algunos populistas sin visos de la realidad lo
están aprovechando como arma arrojadiza para reclamar la Luna. Después de varia centurias.

Esta guerra si iba en serio. Nada que ver con los monólogos de Gila”. Que con su tono jocoso nos haría reír ya en los 60. Habíamos dejado atrás el hambre, después 20 largos años. Si Gila viviera pensaría si ponerme una querella por libelo. Al poner negro sobre blanco su biografía. No es el caso. .Fue una farsa en la que se envolvió para capear el hambre de la larga posguerra. Ni lo “fusilaron unos moros borrachos”, ni era el republicano rojillo con sus cuitas cuarteleras. Si hubiese sido así, doña Carmen no le hubiese pedido a su marido -El Generalisimo- “que invitase a la Granja a ese chico tan gracioso” con el que se lo pasaba en grande. Recuerdo al Gila dibujante en la “Codorniz” años 50- 60. donde alcanzaría cierta notoriedad con sus trampantojos. Llegaría a hacer las Amaricas en su juventud. En lo sentimental un enigma. Con más de una mujer en su vida.

A si que ni Picaso pintaría el Guernica por encargo de la República, tal como nos hicieron creer. Puesto que ya lo tenía pintado como homenaje a su amigo; el torero Sánchez Mejías. Que habría muerto en el Ruedo. Por eso aparece el toro, la luz del quirófano y, si mal no recuerdo un estoque en dicho cuadro. Así consta en los anales. Seguimos falseando la historia, a nuestra conveniencia. Emilio Rey.