CRÓNICA DE ANTAÑO. CRÓNICA DE ANTAÑO. por emilio rey El recuerdo de aquellos inviernos heladores sigue presente. El carámbano no llegaba a derretirse en los lugares sombrío de la arroyo Rejana. Descalzos con pantalón corto hasta los once años: los callos de los pies nos protegían hasta cierto punto. Las calles enrolladas fueron el lugar de nuestras correrías y juegos: ejercicio obligado para entrar en calor. Lo teníamos casi todo. El hambre, las bellotas asadas y los largos inviernos. Con la zozobra de que no nos faltaran las sopas calientes. Veíamos pasar los vetustos aviones de la pasada guerra y pensábamos que con ellos un día iríamos a algún lugar lejano. Igual que en esas películas que alguien nos había contado. Aquello poco a poco lo fuimos superando. Han pasado muchos años, ya retirado; me acerco al museo de aviación de Cuatro Vientos,desde Alcorcón, para ver de cerca esas´´Pavas´que sobrevolaban los años 40 nuestros cielos, que tanto me intrigaban, Hoy parecen unas simples cometas,con hélices, por el material con que las construyeron. 'Ahí está el 'Dragón Rapid' que traslado a Franco desde Marruecos, Y vetustos como ¡el Jesús del gran poder! que creo voló a Argentina. O los primeros cazas a reacción que hicieron ya la guerra de Corea. Cazas de ayer y de hoy, Curiosa exposición; gratis hasta hace poco. Ahora te piden una voluntad de 3 $ El tiempo paso rápido. A los que fueron mis vecinos del pueblo, los sigo recordando. se fueron ,-como una diáspora sin control-, a principio de los 40 empezaron espoleados por la miseria de aquella España desgarrada e inculta. Hacia cualquier parte. A qui terminaría el 'sueño de una noche de verano', con familias separada buscando un mundo de acogida aunque tuviesen que cruzar el Atlántico, y morir en tierra lejana. La torre del reloj, un icono que dio prestigio al pueblo. Con cerca de siglo y medio sin una queja. Una joya que no apreciamos. Una resonancia que no cambia a pesar del tiempo. Ahí sigue marcando nuestro día adía con su sonido acompasado y repetitivo. La iglesia una mezcla de estilos, que nos legaron nuestros antepasados sin ahorrar esfuerzos, Santiago del Campo: aun con las casas de paredes de pizarra sin lucir eran la estampa de tiempos de la inquisición, con Torquemada. La iglesia lo era todo, erigida sobre una pequeña cota, fue lo primero visible desde la lejanía. Su espadaña anunciaba que llegabas a un lugar habitado, un refugio de cristianos. Con dos campanas de buena fabrica. Desde el otero en que fue construida, se domina el conjunto de casas esparramadas sin orden en la hondonada. Los dias festivos al salir de misa alguna dama encopetada presumiendo de juventud y belleza repartía sonrisas a su alrededor. En un ambiente colorido como eran los cercados de enfrente, que marzo vestía de un floreado amarillo. . Tio Garcia; guardia municipal; (lo traigo a colación porque como tal autoridad era el encargado esos años cuarenta, que el reloj siguiera su rutina diaria) -no parara-, y nos dejara sin saber cuando debíamos reunirnos para disputarnos (cuchara en ristre) esa cazuela familiar de sopa de tomate. Antes de poner los aperos a la mula y echarte al camino. Con un cierzo de cara, fresco pero con el estómago caliente. Tio García; a quién conocí bien -éramos vecinos- un 'degarrotipo' de su tiempo. Nacería con el siglo XX. Con su vergajo al costado, su gorra de plato con dos letras de latón G.M. (guardia municipal.) Nunca lo vi que llegara a desenfundar tal artilugio. No era su estilo. Esto de amagar lo dejaba para su homólogo: tio Vela; cuando los mozos obstruían el paso del puente a las mozas al caer la noche. El municipal durante la recogida de la cosecha dejaba su profesión para gestionar su pequeño predio 'senara'. Como encargado del mantenimiento del reloj (dar cuerda) alguna vez le seguía a pesar del vértigo que me producía subir por la escalera exterior. la ùnica. El alguacil ( delgado sin una pizca de estómago)le gustaba el 'chateo' siempre acompañado, se recorría las tascas esos años 40, un trago aquí otro allá, de un clarete de tercera y el consabido cigarrillo liado sobre la marcha en los aburridos domingos. Siempre en una entretenida conversación sobre el campo. que era nuestro tema candente. Lo demás era en ese tiempo algo lejano que conocíamos lo justo. , Era cazador con reclamo como su amigo, tio Lázaro. Tio Correo era otro de ellos. Si estos tenían que mandar una carta,despegaban un sello ya usado, y de acuerdo con el funcionario lo volvían a pegar. Mirando siempre que el matasellos tapara la trampa. Una gestión que manejaba bien tío Correo. ,Así le sustraían al Estado 25 cm. que valía éste. Estas personas que conocí, vivieron su vida en el pueblo, en un ambiente rural y tranquilo sin sobresaltos, sin nunca abandonar su pueblo natal.. Esos años de mi infancia todo giraba al rededor del ganado, los cereales y a mirar al cielo si no llovía, Teníamos el calendario Zaragozano, (muy desprestigiado por cierto). No teníamos paro, (quizá fuese ese el motivo por lo que tampoco había bancos para sentarse) y los impuestos municipales estaban a ras de suelo o nulos. Así vivieron nuestros mayores y, hasta prosperaron Lo dicen las estadísticas. A pesar de la guerra de Cuba ese 98, la de Africa el primer cuarto de siglo XX, Con la posguerra en los 40 ya nos quedamos sin fuelle. Entre la sequía y la 'requisa' de Franco que se llevaba el trigo y el aceite y te pagaba con calderilla. Todo se fue al garete. Ahí si las pasamos moradas; lo bueno es que hemos podido contarlo. emirey |