Santiago del Campo - Caceres

+
HISTORIAS DE LA P... VIDA
Fue un años difícil ese 1941. y ya era una catarsis para mi lo que me toco vivir, cuando aún no había cumplir los cinco años. Todo un bagaje de tragedias que me costaría olvidar. Recuerdo haber ido al hospital de Cáceres con un tío mío, en una yegua de pelo tinto, a visitar a mi padre, ingresado en el hospital, antes que muriera. Viaje inútil, ya que pasados unos días, lo subieron al coche de linea y lo mandaron a que muriera en casa. Recursos no había. Nada de lo que hay ahora existía. De como se recurría a la alcaldía para que con un justificante de pobre de solemnidad pudieses ingresar en el hospital. Y con la experiencia de ahora mismo era como hacer una solicitud para el otro mundo. Tanto era así que, las monjas que lo regentaban se dedicaban

a pedir por los pueblos con lo que pudieses contribuir. No era raro verlas por mi calle con un baño
de cinc llevado por ambas dos, cada una por un asa, de puerta en puerta,pidiendo a gente que ya era pobre de solemnidad.
Para los que pudimos salir adelante, sería como un cursillo acelerado de supervivencia.
Los mismos que imparten ahora a los cuerpos especiales del ejercito. Confundirse con el terreno
y comer lo que encuentres en el entorno. Santiago fue siempre un pueblo autosuficiente, una autarquia cerealista y ganadera.

Cuando a causa de la sequía no hubo trigo y cebada. La gente como una brújula loca, perdía
el norte y solo pensó en escapar. Sin pensar que todo estaba desolado, después de tres años de
de una guerra civil. Era una aventura, un riesgo, y así fue como se presentaron por
lugares tan lejanos como Berga, en Cataluña. Allí se cultivaban patatas.(trunfus) ¡Pues a llamar a los parientes!. Ahí había descendientes de los pioneros que fueron de Santiago. Gente que hoy no sabe
donde se ubica Extremadura. Fuimos testigos mudos del éxodo, por los caminos del norte
hasta llegar a rio Tajo, Y aqui abordar un desvencijado tren de vapor, rumbo a lo desconocido.

La vida da bandazos. Cuando alcancé la edad adecuada, un día siguiendo la ruta de los primeros pioneros. En ese mismo tren con la misma carbonilla en el semblante, me presenté por allí.
Y efectivamente: por las estribaciones de los Perineos había buenos bancales de patatas y, los hijos de algunos veterano del pueblo andaban por allí confundidos con el paisaje. Trabajando en el campo con los 'Payesus'.Estos ya se habían olvidado de Extremadura y hasta de su lengua vernácula. emirey