Retablo de la ermita de la soledad. Entre las obras más sobresalientes de nuestro pueblo con respecto a su valor artístico, está el retablo de la ermita de la Soledad, llevada a cabo por el salmantino Vicente Barbadillo, residente en Cáceres desde 1.752 al 1.780 (año que murió). Fue hombre de confianza del obispo D. Juan-José García Álvaro para estos menesteres, pues a él también se le atribuye como primer trabajo el retablo mayor de la Iglesia de la Preciosa Sangre, le siguieron el retablo mayor de la Iglesia de San Mateo, el retablo del Cristo de la Salud y Santa Ana del santuario de la Montaña y otros muchos repartidos por otros pueblos cacereños. Esto costó la friolera cifra de 2.500 reales, vamos unos 75,50 euros actuales (algunos hasta dirían que fue caro). |