Santiago del Campo - Caceres

España salió de una guerra, sufrió un bloqueo económico y también fue excluida del Plan Marshall en 1948 del que se beneficiaron económicamente los países europeos de Occidente a excepción de nosotros.

Además teníamos la espinita clavada de la posesión británica de Gibraltar y el peligro de las aspiraciones marroquíes en recuperar nuestras posesiones en África (Ceuta, Melilla, Sahara etc). Por ello Franco ya por los años 50 tuvo la obsesión al igual que Carrero Blanco de tener una bomba atómica. Vaya que si la lo intento y estuvo a punto de ser la segunda después de Francia en conseguirlo en Europa. Se pretendía ganar respetabilidad para España y ser temida y honrada.

Fue un proyecto secreto, pero hoy conocido a través de múltiples artículos y libros, entre los que puedo mencionar el de José Lesta, autor de “Claves ocultas del poder mundial”, José Luis Hernández Garvi en su libro «Episodios ocultos del franquismo», “La bomba atómica que Franco soñó”, El Mundo, “La bomba atómica que planeó Franco”. El País, y otros sacados en internet y que son fáciles de encontrar hoy día.

Fue inmediatamente a continuación de la Segunda Guerra Mundial cuando Franco reservó en favor del Estado los yacimientos de uranio, declarándolos posteriormente de interés nacional. En 1951 Franco creo la Junta de Energía Nuclear (JEN) con el proyecto secreto para, en pocos años, conseguir disponer de la bomba atómica. Hubo documentos de la CiA que alertaron de esta posibilidad. En 1958 Franco y Carrero Blanco, inauguran el Centro Nacional de Energía Nuclear Juan Vigón en las instalaciones construidas en la Ciudad Universitaria de Madrid.

En 1971, el Centro Superior de Estudios de la Defensa Nacional (CESEDEN), elaboró un informe confidencial en el que señalaba en sus conclusiones que «España podía poner en marcha con éxito la opción nuclear militar». Se Indicaba la importancia de la central de Vandellós como fuente de plutonio, así como la posibilidad de realizar la primera prueba nuclear en el desierto del Sáhara Español.

La noticia de la bomba atómica de España no fue bien acogida. Francia que ya la tenía y España (en vías de tenerla) se negaron a firmar el Tratado de NO Proliferación Nuclear (TNP), como aconsejaba los americanos, que obligaba a los países signatarios a renunciar indefinidamente a las aplicaciones militares de la energía nuclear.

Ante esto los Estados Unidos enviaron a su principal emisario, Henry Kissinger, a visitar a varios mandatarios nacionales. «-Kissinger se entrevistó en diciembre de 1973 con las más altas personalidades del estado, incluido Franco y el príncipe Juan Carlos. Y el 19 de diciembre, le tocó el turno al almirante Carrero Blanco, con el que mantuvo la charla más prolongada que tuvo en nuestro país -varias horas de dialogo-», afirma Jose Lesta. Fue una conversación desagradable, donde según afirma Lesta: «Carrero le comentó a Kissinger su pretensión de convertir a España en un país "importante" gracias a la baza nuclear, a lo que Kissinger contestó: "Sí pero es que cuando España es importante, es peligrosa"»…

A los pocos días murió asesinado Carrero Blanco y al poco tiempo murió Franco y el proyecto quedo estancado…

Extraordinaria información amigo Sisonero, y que yo desconocía.