Un recuerdo,un drama. Era un tranquilo atardecer del mes de febrero,nada presagiaba que un hecho luctuoso y dramático iba a romper la calma que se respiraba ese melancólico a tardecer Pero los acontecimientos como si estuvieran programados por el destino se desencadenarían de manera trágica y mortal. Un disparo rasgó el aire, al silencio siguieron lo gritos de terror y espanto. Una chica que no llegaría a cumplir los veinte años yacía en el suelo desangrándose sin remedio. Mis recuerdos son escasos. Alguien corriendo a caballo calleja arriba detrás de casa,gente alarmada, tendría poco más de cinco años y no acertaba a entender lo que sucedía. Los hechos tuvieron lugar en el cortijo de La Zarza, a poco más de cinco kilómetros del pueblo. Lo traigo a colación ahora que los implicados en el incidente no viven ese recuerdo quisieran o no, les amargaria alguna noche de insomnio. Garay el cazador,aprovechó el buen tiempo esa tarde para cobrar alguna pieza de caza,que seguro abundaban en esa época,puesto que durante la guerra no estaba permitido andar con armas por ahí. Eufórico por las piezas cobradas llegó al caserío,dejó la escopeta recostada en la puerta,entró para enseñárselas al responsable del cortijo. Entretanto dos adolescentes,uno hijo suyo el otro del guarda de la finca,se hicieron con la escopeta sin reparar si tenia los cartuchos dentro. Delante de la casa una chica que trabajaba allí,sin vinculo familiar alguno,se entretenia en sus labores,ajena a lo que hacían los dos chicos. Estos estaban haciendo practicas de puntería. El hijo del cazador apuntó a la chica apretó el gatillo y esta recibió el disparo cayendo muerta al momento. Así transcurrieron estos desafortunados hechos. Pasados unos años me tocaría vivir en el lugar de autos. Jamás oí una mención referente a este drama era tabu,como si nunca hubiese sucedido. El responsable del arma fue condenado a destierro, con toda su familia. Un tiempo después siendo aun un niño, acercaba a una tia y a la madre de la victima a río Tajo para que cogieran un tren hasta Piornal, donde teníamos familia en el sanatorio antituberculoso.Por tal motivo la madre se vería obligada a pasar por el lugar de los hecho y, no le resultó nada agradable. "A mi hija me la mataron aquí como si fuera una paloma" se lamentaba amargamente tía Carmen, o como era conocida,tía "Carmelona" Algo doloroso e imposible de olvidar. Una flor tronchada una promesa rota. emirey |