aquellos aÑos 50 En esa época ya lejana había que cabalgar para trasladarse de un lugar a otro y,aveces llegaba a ser aburrido cansino. ¡Vamos que te daba tiempo a meditar sobre tu negro furo,siempre que fuera por la noche. Dependía de la estación y el tiempo,al permanecer inactivo sobre la grupa de un caballo,el frio era más que desagradable.También si era un paisaje osco y siniestro que deseabas dejar atrás cuanto antes Para un chico timorato,cualquier obstáculo en la negra noche era como un monstruo al acecho.Tal como nos lo habían narrado en esos cuentos antiguos,donde el lobo devoraba al caminante (menos los pies protegidos dentro de los zapatos) Fuese o no cierta la historia el temor existía. Y esto, si ibas en un caballo o en un sufrido borrico te afectaba. Era el lado negativo cabalgar de noche y con frío,el lugar de estar al lado del fuego si era invierno.Era lo más desagradable de mi cometido y lo temía.Esos 11 k. entre ida y vuelta para ir a recoger el correo al pueblo. Todo era diferente,y las circunstancias cambiaban si el viaje era a media mañana de un día cálido y diáfano,con temperaturas por encima de los 20º Con la campiña pletórica de mies y las colinas ya tostadas,y bien cultivadas,como mar en calma y mecido por la brisa. Esos vastos trigales que se perdían en lontananza,bajo un sol de justicia en la quietud de la mañana,con el canto de la alondra o calandria revoloteando en las alturas con sus musicales trinos.Un motivo para sentirse relativamente feliz. Cabalgaba ese día el corcel blanco.El caballo preferido por la Sra propietaria de estas fincas que se desplazaba desde San Sebastián en coche. Marido e hijos y dos chicas de servicio.Coincidiendo con la romería de S, Marcos. Donde acudía ella montando dicho corcel,enjaezado con una silla especial para tan excelsa y pelirroja dama,llamando la atención por estos agrestes parajes,esos señalados días de abril. El caballo no se distinguía por su nerviosismo.Ese 27 de junio volvía del pueblo con cierta lentitud. Llevaba el correo,y el ABC y no me iba a quedar sin darle un buen repaso.A si que de alguna manera le hice ver al noble bruto que moderara el paso,prisa ninguna.Al periódico le quité el fajin que lo mantenía enrollado,sin que se notara. La lectura de un periódico,oliendo aún tinta fresca en la soledad del campo,aunque fuera cabalgando,era lo ideal para ponerme al día No había otro medio (ni había llegado el teléfono al pueblo ni la luz estaba aún en ello)Con su lectura me evadía,a través de él conocía lo que sucedía en la capital del reino. Este señalado día leía tan preocupantes noticias, a caballo de vuelta del pueblo.Las noticias con grandes titulares decían que Corea del Norte había invadido el Sur, y los americanos corrian al rescate...un 25 de junio 1950.Un cielo azul nos cobijaba, y por suerte el ruido de los cañones quedaba lejos.Muy a pesar mio el cortijo se acercaba y llegando terminaba mi aventura, buen tiempo para cabalgar con una ventana al mundo,para un crío curioso por conocer un mundo distante distinto. emirey |