Santiago del Campo - Caceres

Llegamos a la fábrica, que se hizo al lado o sobre el cementerio (algunos opinan que ambos coexistieron a la vez), como así tal vez por algunas casas cercanas, que al menos si se aprovecharían de su tierra, ya que en sus tapias llevan incrustados restos de huesos (según parece y que pudieran ser humanos).

En el año 1.814, según el Archivo Diocesano, se entierra en la Iglesia Parroqial de Santiago del Campo, Benigno, hijo de Pedro-Rosalío Macarro y Salomé Aza y a la vez ese mismo año se entierran en el camposanto, Fernando, hijo de Agustín Luceño y Concepción Abad y Ana Mellado, viuda de Josef Díaz. Luego ya tenemos el final y el principio de los enterramientos en la Iglesia y en el Camposanto. Por lápidas antiguas del cementerio actual: Una de Antonio Cerro Fernández del 22 / 12 / 1.892 y su hija adoptiva Adela Cerro Fernández de 1.907 (que quizás fue reutilizada, usada y puesta en este cementerio, al levantar el nicho), está pegada a una pared del cementerio, pero existe “una tumba intacta” con su lápida de Antonio Vegas Luceño con fecha de 8 de abril de 1.906. Por lo tanto podemos datar por una aproximación documentada de 1.814 al 1.906, la duración de este cementerio.

La fábrica fue creada por Florián Vegas Luceño para dar luz eléctrica y moler cereales e inicia su andadura con Barrantes como técnico especializado. En el año 1.935 el número de bombillas del alumbrado público era de 120, con un costo anual de 4.000.- Pts., pagaderas en trimestres vencidos.

Frente a la fábrica sale la calle Nueva, llamada así, porque según algunos debería pasar la carretera que llegó en el año 1.924 (si supiéramos saber cuando se edificaron estas casas, podríamos saber que hubiera de cierto), también se le llamó de la Fábrica, José-Antonio y del Calvario por estar sembrada de cruces con la existencia de un calvario para hacer el Vía Crucis.

Borrado por su Autor.

Vecinos de la calle Nueva. Tío Vitorio (pastor y padre de Narcisa “la Rubia”, entre otros hermanos), tal vez también vivieron por aquí “los Romos”, “Molina”, tío Macarro, tío “Cazante” y otros muchos que no me salen. También se pueden poner los actuales vecinos

Aunque la procesión se ha desviado por la calle de la Soledad, es bueno recordar a tío Requeté, que junto con tío Clavín, fue otro de nuestros ingeniosos paisanos. Dicen que tío Requeté vendía una mecha para los mecheros del pescozón, que era muy peligrosa llevarla, pues ardía sola y se quemaba uno los pantalones. Había más anécdotas suyas, pero yo no las recuerdo, si hay alguien dispuesto --- ¡pues hala! a ponerlas.

Recordar a Manolo “el guiño” y Román con sus escaleras arreglando enlaces y ¡como no! a las chivatas “cicharras”.. Había avisos (cortes, apagones, interrupciones) en los cambios de motores y la gente encendían sus candiles, faroles o capuchinas.

Una sonrisa:

El médico le dice a los familiares de un enfermo:
--- El paciente tiene las horas contadas.
--- ¿Qué podemos hacer doctor?
--- Contar despacio.

Saludos.