Santiago del Campo - Caceres

Estamos en el “llano del Puente”, que recibe su nombre porque aquí existió un puente medieval, que fue una pena su pérdida y debió buscarse alguna solución. Además del puente albergó una posada en la casa de tío Marín, un horno de pan, el baile de tío Peque, el bar de Ambrosio, la fragua de tío Sebastián, la “jerrumbrosa” fuente de Concejo, el Pozanco (por aquí lanzaban las barras los mozos después de misa), los dos “vaos” con sus “pasaeras” , la cuadra de tío Villar y el puesto de churros-regordos de tío Torri por los toros.

Todos nosotros le llamábamos “la arroyo”, pues era común ese feminismo castellano antiguo y que perduró hasta que en el siglo XVII, que lo transforma en masculino (“la arroyo” en el arroyo, como “las puentes de San Francisco” en los puentes y “la mar” en el mar). Esta avenida en su memoria debería ser conocida hoy día como “Avenida larroyo” en recuerdo del arroyo y de nuestro castellano antiguo y presidida por una maqueta del antiguo puente o en tal caso por un cuadro de azulejo.

Un gobernador en su visita al pueblo observó el arroyo y le pareció que podría ocasionar enfermedades, recomendando para ello su canalización, esta fue aprobada por la Comisión Provincial de Servicios Técnicos con un coste de 1.373.832, 81 Pts. y lo hizo estando de alcalde Pedro Cerro Flores.

El cerramiento total fue posterior en tiempo del alcalde Modesto Bermejo Mora: Proceso con un inicio de obra el 4 de agosto del 2.000; para finalizar la obra el 4 de agosto del 2.001; Presupuesto/obra = 760.218,35 euros; director de obra = Juan García Oliva; Presupuesto/asistencia técnica = 53.293,41 euros; Asistencia Técnica por = Jesús Ureña de la Fuente.

Del baile de tío Peque (recordemos a Santano, Calisto, el Rubio, Prude, Camila, las madres vigilando a sus hijas y los carburos), que después sería el cine de invierno. La máquina de cine costó 35.000.- Pts. Pagadas a mano (a “toca teja”) y las primeras películas fueron las españolas de Cifesa (Fuente: Lázaro Ollero de la Montaña).

También se encontraba en el llano, la casa de Pedro Dionisio y otra en la rinconada de arriba de no se quién (ya empiezo a fallar casas y personas y según me vaya alejando más todavía, recordaré menos ya veréis).

Una sonrisa:

--- ¿Cómo es que llevas la cabeza vendada?
--- ¡Por la moto!
--- ¿Te caíste?
--- ¿Qué va! ¿Recuerdas, que bajando de la ermita del pueblo hay una curva y en la tapia de cemento pone que SE TRASPASA?
--- ¡ Sí!
--- ¡Pues no es verdad, no se traspasa!

Buenos días paisanos/as.