San Martín de Trevejo - Caceres

No fueron carros de fuego
ni "carrus" de portugueses,
ni carrozas de marqueses,
fueron, nada mas, un juego
un juguete del "mañego"
de aquellos años cincuenta
que si no pierdo la cuenta
hace ya cincuenta años
que aquellos carros de antaño
eran ya de compraventa.

Fueron cajas de madera
cuatro ruedas y un volante
y un conductor,tripulante,
rodando por las Cancheras
nunca por la carretera,
siempre Cancheras abajo,
por el camino,el atajo,
de aquellos pinos de Torres,
donde el carro vuela y corre
baja raudo y sin trabajo.

De las ruedas dependía
la rapidez de un buen carro,
ése coche,ése cacharro,
Del carro que más corría,
y las ruedas las hacía
por concesión exclusiva,
con gratuidad y sin IVA
el buenazo de tio Sindo
y a su memoria le brindo,
ésta historia retroactiva.

Se compraba y se vendía,
y eran Garcías y Pestanas
Leones,Julian Cananas
con otras "escuderías"
los de la eterna porfía
y por hundir al primero
se hacía un gran agujero
que se tapaba con hojas
de pino,que se me antoja,
fué la trampa del trampero.

Yo vi en la trampa,caer,
a aquel que puso la mano,
lo sé porque era mi hermano,
para el cuerpo proteger,
jamas lo debió de hacer,
la mano chocó en un pino
en el borde del camino
y el pino,que era más fuerte
dejó aquella mano inerte,
rota en choque repentino.

Hoy son otras las carreras
otros coches y pilotos,
con vólidos y con motos
que no conduce cualquiera,
pero fué nuestra manera
de jugar y competir
una forma de vivir
una manera ingeniosa
de paliar aquella cosa...
sustantivo de aburrir.


No nos aburríamos,no.Fueron carros que hicieron historia y algunos se vendieron muy bien,mejor que los cerromicles de los mellizos.Ya lo contaré en verso,lo de los cerromicles.......versificando,siempre versifiando........