Asuntu seriu.2. BADAJOZ ImprimirEnviar Bajo la denominación global de 'A fala' son conocidas las modalidades lingüísticas habladas en los municipios de Valverde del Fresno (Valverdi del Fresnu), Eljas (As Ellas) y San Martín de Trevejo (Sa Martín de Trebellu), que reciben respectivamente las designaciones en el habla local de valverdeiru, lagarteiru y mañegu. Aunque apenas se disponen de tienen testimonios que permitan acercarse al momento histórico en que se forma el habla de algunos núcleos urbanos de Sierra de Gata, Antonio Viuda remonta los antecedentes a los tiempos de los vetones, un pueblo prerromano asentado al norte de Extremadura. 'A fala' se desarrolla en la época medieval en una donde pervivían huellas de antiguas colonizaciones y rasgos evolutivos de la lengua incrustados durante la convivencia visigótica y árabe. Interés Como recordaba viudas Camarasa en su informa a la Academia, del estudio de este habla se han ocupado a lo largo de los años eminentes filólogos ya fallecidos, entre ellos Ramón Menéndez Pidal, Federico de Onís, Leite de Vasconcellos, Fritz Krüger, Otto Fink, Luis Filipe Lindley Cintra o Rafael Lapesa. No existe unanimidad de criterios a la hora de identificar las raíces de este habla, definiéndose por algunos como dialecto portugués con influjo asturleonés o exclusivamente gallego, mientras para otros es una visión de habla de tránsito entre gallego-portugués y antiguo asturleonés. Modernos lingüistas incluyen 'A fala' entre las familias idiomáticas españolas y como tal figura se incluye en la misión de rescate de las hablas hispánicas de especial interés. Asímismo figura en el mapa de la entidad Proel junto con el gallego, asturiano, aragonés, aranés, catalán-valenciano-balear y el español o castellano. Para Viudas Camarasa 'A fala' es una peculiaridad lingüística singular, conservada en zona de frontera entre dos naciones que tienen el idioma portugués y el castellano como lengua oficial respectivamente. Sus hablantes han convivido en un ambiente plurilingüe, sin muestras escritas conocidas del dialecto hasta principios del siglo XX, con todas los comportamientos sociolingüísticos que este hecho conlleva. Si los hablantes de la zona han mantenido la idiosincrasia lingüística sin apoyos jurídicos expresos, es evidente que declarar A fala como un bien cultural es más un reconocimiento por parte del legislador de una realidad social que un fomento del uso lingüístico, porque a fala será lo que sus usuarios deseen. |