Pizarro - Caceres

Érase una vez una criatura asombrosa y no sólo por su tamaño. Habitaba en un pantano cercano a un pequeño pueblecito.

Muchos habían oído contar a los ancianos del lugar que, a pesar del aspecto que presentaba cuando emergía del fango, al instante resplandecía de tal modo que atraía irresistiblemente a quienes la miraban. Aquellos que tenían la dicha de acercarse a ella regresaban a sus hogares cargados de tesoros, pues su riqueza era incomensurable y su generosidad carecía de límite.

Sólo era precisa una condición: todo aquel que quisiera ser beneficiado por su magia debía lisonjearla hasta el punto de que las alabanzas le hicieran abstraerse del hedor que desprendía y de su realidad pantanosa y solitaria. Únicamente de esta forma se prestaba a desenterrar los cofres donde guardaba sus fabulosos tesoros.

No era tarea difícil para ningún humano ya que la criatura se contentaba con facilidad: ¡qué hermosa criatura! (nunca había visto su imagen en un espejo) ¡resplandece como el sol! (nadie sabía que dormía en un lecho de polvo de oro)¡qué grandiosidad! (su peso rondaba las dos toneladas)¡qué perfume desprende! (estaba tan acostumbrada al olor de la ciénaga que al oler a los humanos ella misma se creía humana).

Lo que nunca revelaban a nadie los ancianos era el hechizo que acompañaba de por vida a quienes habían tenido contacto con la criatura porque ella absorbía la energía y exigía de sus aduladores -¿o tal vez víctimas?- toda la atención y todo su tiempo.


MORALEJA: Compre una AGNI ¡y tire la vieja!

No deja de ser una leyenda urbana sobre las ciénagas y los monstruos que allí moran.

corintellado, me meo con las retratauras que haces. ¿Tú no escribías cosas del amor y de la pasión?
Asombrao me tienes.

antoniow2000, por tu comentario veo que te ha gustado la leyenda del pantano.
No te equivocas: antes de jubilarme escribía historias de amor y pasión pero ahora, además de algún que otro episodio amoroso me gusta escribir sobre personajes virtuales que navegan por foro-ciudad. No puedes hacerte una idea de la riqueza anecdótica que me aportan estas páginas.
Cuando miro este recuadro con iconos a la izquierda y anuncios a la derecha pretendo retratar literariamente muchos de los asuntos que leo. Intento no ofender a nadie porque a nadie conozco salvo lo que cada cual cuenta o da a entender de sí mismo y de otros. Vamos, que es una fuente inagotable de ideas.
Mi próximo relato tal vez sea de amor y de la pasión en la tercera edad (o en la cuarta, que de todo se encuentra por aquí, como te dije antes)o acaso trate de perfilar a algún personaje como: MI TESOROOOOOOOOOOO...

Saludos, antoniow.

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salam malecum, príncipe de los creyentes y azote de los infieles.
Nos gustaría leer alguna historia tuya como esa que dices del oasis de tus antepasados.
saludos a zausmau.