Pizarro - Caceres

Una leyenda de Extremadura.

En el año 1312, a través de la bula pontificia Vox clamantis, el Papa Clemente V disuelve la Orden Militar del Temple. Acusados de graves delitos de herejía e idolatría, los caballeros templarios son obligados a confesar sus crímenes bajo tortura, llevada a cabo por la (ya muy conocida) Santa Inquisición, o conducidos a la hoguera.

Todos ellos sostienen que las acusaciones son falsas. Aún así, muchos confiesan su culpa para librarse de la muerte. Y otros se hacen fuertes en sus castillos y se niegan a entregar las armas; es el caso de los caballeros templarios del sur de Extremadura, que se refugian en su fortaleza de Jerez y resisten el asedio. Hasta que, tras una cruenta batalla, son vencidos, apresados y degollados en la torre del Homenaje.

Desde entonces, el lugar donde fueron ajusticiados se conoce como la Torre de la Matanza, o la Torre Sangrienta. Cuentan que los caballeros asesinados en Jerez fueron los últimos templarios. Y que murieron después de hacer un solemne juramento. Cuentan que cada uno de ellos juró en nombre de Dios y del Templo de Salomón que volvería a galopar en sus caballos hacia los Santos Lugares. Y cuentan que, en las noches sin luna, al dar las doce, los templarios de Jerez de los Caballeros regresan de la muerte blandiendo sus espadas, dispuestos a acudir a Tierra Santa para proteger a los peregrinos de los bandidos y para participar en las cruzadas.

Nadie ha visto nunca a los caballeros que dieron nombre a la ciudad. Nadie ha visto el brillo de sus armaduras fantasmagóricas, ni sus túnicas blancas, ni el fulgor de sus espadas de Damasco. Pero dicen que muchas noches sin luna, muchas, se les oye silbar. Silban, llamando a sus cabalgaduras. Silban. Y en el castillo del Temple, que corona el cerro más alto de Jerez, reverberan los silbidos en un eco estremecido que resuena en el aire hasta el amanecer, cuando la “Santa Compaña Templaria” se retira a los sótanos de la Torre Sangrienta, porque los caballos no han acudido a su llamada. Entristecidos caballeros. Incapaces de cumplir su juramento.

Y llega el silencio, en el mismo momento en el que alumbran las primeras claras del día.

Que pasa Valmor que como esta noche se celebra la noche de los muertos te has propuesto hacernos miedo?

Nada más lejo de mi intención Bertu, solo que buscando cosas de nuestra tierra he llegado a esa leyenda y he querido compartirla con todos..

Valmor, qué historia más bonita nos cuentas de nuestras tierras.

Toya, el especialista de estos relatos es el Doctor Avicena. El que hoy debe de estar muy atareado y no nos ha visitado.

Saludos, Dr.

Debe estar de puente.