Navas del Madroño - Caceres

Quiero contar una historia que os puede parecer extraña pero que ocurrió hace muchos años, a principios del siglo XIII, cuando Extremadura era zona fronteriza entre cristianos y moros. En una finca del término municipal de Navas vivía un árabe rico que tenía dos hijas, la pequeña de ellas, Farah, con cabellos negros como el cordobán y ojos grandes de color añil. La finca estaba situada junto a un camino por el que se desplazaban los caballeros de las Órdenes religiosas desde la villa de Alcántara hasta el castillo de Monfragüe. Un día Farah se encontró en ese camino con un caballero de la Orden de Monte Gaudio que regresaba a su castillo, un joven rubio y apuesto que preguntó a la joven como se llamaba y qué hacía en aquel lugar. Farah cubrió su rostro y le dijo que vivía junto a su padre, su hermana y la guardia de su padre, también árabes, en un caserío próximo, y que no podía hablar con cristianos pues su padre se lo tenía prohibido. El caballero quedó maravillado de la belleza de la joven y le pidió tener con ella un encuentro al anochecer. La joven también quedó prendada del apuesto caballero y aquella noche abandonó la casa cuando su padre y hermana dormían y se encontró a solas con el noble caballero. Junto a una encina próxima al camino se produjo el encuentro, y ambos se sintieron tan atraídos el uno por el otro que el joven le prometió que cuando volviese de las Cruzadas regresaría a buscarla y a pedir a su padre que se la entregase por esposa. Pero a la luz de la luna la pareja fue observada por la guardia mora del padre de Farah y prendieron al joven, llevando a ambos ante su señor. El padre dispuso que la joven fuese encerrada en una de las habitaciones de la casa y del joven caballero nunca más se supo. Al poco tiempo, las tropas del rey de León, Alfonso IX, con la colaboración de las órdenes militares de Alcántara, Calatrava y Santiago, reconquistan parte de Extremadura destruyendo la hacienda y la casa del rico árabe, muriendo todos sus moradores.
Hoy, hay gentes que dicen haber visto las noches de luna la figura de una joven de negros cabellos junto a una encina del camino que va desde el descanso de Santo Domingo hasta la ermita del Santo, próxima a la finca de la “Mora Encantada”.

preciosa historia, bien podría ser de bécquer. que siga esta actividad en el foro por favor.

Gracias por el elogio, amigo Carlos, pues desde que sé que los comentarios del foro son leídos cada día por mayor número de foreros anónimos, muchos de los cuales siguen con interés todos esas entradas que hacen referencia a temas de Navas, me motivo más para dar a conocer esos hechos o acontecimientos de gentes que dejaron su huella en la historia del pueblo, pues como dijo Vital Aza en su poesía "Como cambian los tiempos":
Cuando de niño empecé
a darme a la poesía,
tan en serio lo tomé,
que sólo en serio escribía.

Saludos a tod@s

¡Qué bella historía, Caballero!
Algo había oido de ella, pero siempre crees que son leyendas.

Pues si a este paraje le añades que por ahí se escondía Don Tomás Lucas... el lugar desde luego nos "encanta" aún más.

Saludos.

Por cierto Caballero... sigue escribiendo en serio.