He ayudado a una chica en la BIBLIOTECA y me ha dado su NÚMERO de teléfono Pues eso, que estoy en la biblioteca, y hace un rato, mientras memorizaba las tablas de los perfiles laminados de acero para no perder tiempo en el futuro EXAMEN buscando datos, a la chica que tenía al lado le ha dado un ataque de PÁNICO. Siempre que alguien o algo rompe la unión perfecta que son mi MENTE y mis apuntes cuando estoy estudiando ENFUREZCO, pero esta vez he sentido lástima por la chica, ya que antes había echado un ojo a lo que estaba estudiando y sé que la gente que estudia ADE como ella es débil de ESPÍRITU. He intentado que se calmara mediante unos suaves susurros en el oído, tratando de no molestar a los ingenieros que podía haber alrededor, y me ha dicho entre sollozos que se le acababa de romper la CALCULADORA y que tenía examen en media hora. Yo no creo en las calculadoras, las considero unos artilugios endiablados que incitan a la PEREZA a aquellos que las usan, pero conozco los principios FÍSICOS que las dominan y sé arreglarlas. Varios circuitos internos estaban dañados y solo disponía de un clip y un mechero (no fumo pero nunca se sabe cuando vas a necesitar una combustión rápida de oxígeno) para soldarlos, pero mi EXPERIENCIA y DETERMINACIÓN han hecho que no me temblara el pulso, y en menos de cinco minutos la calculadora estaba completamente operativa. La chica no se podía creer lo que acababa de ocurrir, y tras agradecérmelo mil y una veces, ha apuntado su número en un papel, me lo ha dado y se ha ido a su examen con una sonrisa en la cara. He de admitir que físicamente es bastante atractiva, pero en esta época del año no tengo tiempo para DISTRACCIONES, y ya he tirado el papel a la papelera para evitarlas. Sin embargo, no he podido evitar memorizar su número sin querer, y ahora lo tengo rondando por mi craneo en el lugar donde debería almacenar las inercias de los perfiles IPE, IPN y HE. Resumen: He arreglado la calculadora a una chica que la necesitaba en un examen, me ha dado su número, y aunque lo he intentado no puedo quitármela de la cabeza. |